jueves, 29 de abril de 2010

Exposiciones

Aquellos que vivimos en Madrid o simplemente estais de paso y quereis visitar una exposición diferente, durante los próximos días 1 y 2 de mayo en el Museo de la Ciencia Cosmocaixa (Alcobendas, Madrid), tenemos la oportunidad de visitar una exposición de diferentes disciplinas japonesas entre las que se encuentra el Ikebana.

Una buena oportunidad para tener un primer contacto con los diferentes artes japoneses como el bonsai o el ikebana.

jueves, 22 de abril de 2010

Primavera: ikebanas y haikus

El pasado sábado 20 de marzo de 2010, y según el convenio astronómico, a las 18h 32m hora oficial peninsular, se inició la primavera en el hemisferio Norte. Esta estación durará 92 días y 18 horas. Pero esta siendo durante estos días cuando despues de un largo y duro invierno, parece que esta perezosa primavera ha surgido.

Un haiku o jaiku es una estrofa poética originaria de la literatura japonesa clásica que pretende expresar en sólo tres versos un sentimiento breve y surge normalmente ante la contemplación de la naturaleza, hablamos de pequeños versos descriptivos que iluminan un instante, casi siempre un paisaje, aunque también puede describir sentimientos sobre el amor, la muerte, la enfermedad, el dolor o ante cualquier momento vivido.

A continuación os dejo una pequeña selección de ikebanas realizados en estas fechas y algunos "haikus" relacionados con la primavera.

¿Vuelven al tallo las flores desprendidas? ¡Mariposas! (Moritake Arakida)

La hierba reverdece, sin ayuda de nadie, la flor florece (Shiki)

La campana lejana ¡cómo se balancea mientras llega en la niebla primaveral! (Onitsura)

Cae un pétalo de la flor del cerezo: silencio en la montaña (Tanemura)

Al leve roce de una hoja una camelia blanca cae al pozo y se moja (Basho)

Los crisantemos se incorporan, etéreos trás el chubasco (Basho)

Recuerdame como flor, sakura, blanca y diminuta. Recuerdame como fruto, cereza, agrio y silvestre, a veces (Aniki)

Primavera. En la hierba tumbado, hojas repaso (Shiki)

Lirios, pensad que se haya de viaje el que os mira (Sögui)

Se va la primavera. Lloran las aves, son lagrimas los ojos de los peces (Basho)

miércoles, 7 de abril de 2010

Fotografias del sakura "castizo y chulapón"

Para los que vivís, para los que vivimos en Madrid, aún estáis y estamos a tiempo de poder ver contemplar los cerezos madrileños, el sakura "castizo y chulapón".

Si sigues mi blog, en el artículo anterior hablo de el. Me refiero a los que se encuentran en la zona de Madrid Río, concretamente en la Avenida de Portugal. Están en plena floración aunque algunos ya empiezan a perder las flores y cubrir el suelo con un pequeño manto blanco de pétalos. En primer lugar han florecido los más cercanos al río, en estos apenas hay flor, sus ramas ya están cubiertas de hojas verdes; pero según vamos ascendiendo por la avenida de Portugal, nos vamos encontrando con diferentes grupos de cerezos algunos en plena floración y llenos de flores, ramas cubiertas y tupidas de esta delicada flor. Aquí os dejo algunas de las instantáneas que he podido captar durante estos días atrás.

¡Animo y a ver el sakura castizo y chulapón!






jueves, 25 de marzo de 2010

¡Y también, sakura "castizo y chulapón"!

Hace unos días y de manera casual, mientras paseaba a Sockers, mi perrillo, por donde lo hacemos habitualmente, me percaté de un grupo de arboles que estaban floreciendo. Cuál fue mi sorpresa que al acercarme me di cuenta que eran cerezos, cerezos que después de esta perezosa primavera, por fin empiezan a florecer. Continué el paseo y observé que había más cerezos plantados a lo largo de todo el trayecto junto con otro tipo de arboles. En algunas zonas los cerezos aún no han florecido, aunque sus brotes están a punto de “estallar”.


Esta zona se encuentra junto a la ribera del Manzanares, dentro de las obras de remodelación del Río Manzanares (Madrid Río), concretamente hablo de la Avenida de Portugal, que se ha convertido en una nueva y bonita avenida en forma de bulevar, ideal para el paseo, que ocupa la antigua salida de la carretera de Extremadura, actualmente soterrada bajo este.

El Ayuntamiento ha plantado 1.400 árboles, de los cuales 700 son cerezos, cerezos de especies distintas que brotan en diferentes épocas; de este modo se alarga la floración y podremos disfrutar más tiempo de estas bonitas estampas.

Como curiosidad, si podemos ver la zona “a vista de pájaro”, observaremos que el empedrado utilizado en el bulevar “dibuja” y reproduce las formas de la flor del cerezo. Esto es un guiño al anteriormente comentado Valle del Jerte, pues como he dicho, el bulevar se ubica en la soterrada autovía de Extremadura, ruta de salida hacia el Jerte.

Creo que no tengo disculpa para organizar mi particular hanami bajo este sakura “castizo y chulapón”, prepararé mi picnic, y aunque la típica comida en el hanami suele ser dango, yakitori, onigiri, oden, sushi rolls, inarizushi, teppanyaki (alguna las he probado otras las desconozco), acompañado con sake o cerveza, creo que no habrá problema en añadir o sustituir por algo más “castizo” y español como la tortilla de patatas, los filetes empanados, los pimientos fritos, la ensaladilla rusa, la sangría .....

No son los jardines de Kenroku o Katsure en Japón, no es el Valle del Jerte, es Madrid, es mi barrio, pero la visión de los cerezos agrupados, formando una gran mancha blanca y como fondo el Palacio Real, la Catedral de la Almudena o los emblemáticos edificios de Plaza de España, os aseguro que no tiene desperdicio; ¡si es que ya lo dicen: “de Madrid al cielo, y en el cielo, un agujerito para verlo”!

¡Te espero, nos vemos junto al sakura “castizo y chulapón”!

jueves, 18 de marzo de 2010

Sakura "made in Spain"

Para los que por los motivos que sean, de momento no hemos podido viajar a Japón para contemplar el Sakura y mientras "hacemos hucha"; los que gozamos de vivir en España, tenemos otra opcion mucho más cercana y comparable que no deja de ser un verdadero espectáculo para los sentidos. Por si solo, un simple cerezo en flor es digno de contemplar y admirar.

Entre dos montañas en la provincia de Cáceres y muy cerca de Portugal, hay una comarca, el Valle del Jerte, en la que una vez al año y por sólo unos días, ve como sus colinas y laderas aparecen nevadas de flores blancas. Cuando empiezan a desaparecer las nieves de las cumbres, otro blanco se extiende por sus laderas, el blanco puro y aromático de la flor del cerezo, se produce un hecho espectacular e irrepetible que llena de emoción a todos aquellos que lo contemplan. Un millón de cerezos cubren de flores el campo, un paraíso teñido de blanco, el paisaje es sensacional puesto que el blanco de los pétalos llena de belleza y luminosidad el paisaje dando la sensación de que ha caído una inmensa nevada. El magnífico olor de las flores hace que la primavera sea muy especial en todo el valle. La floración de los cerezos, se suele producir durante la segunda quincena de marzo y primera semana de abril, todo dependerá de la climatología y tiene una duración aproximada de 10 días en condiciones climatológicas normales.

Este año con el invierno tan frio y lluvioso que hemos sufrido, se prevé que sea para finales de marzo y principio de abril; ¡aún estamos a tiempo!.

Tan especial es este momento que durante la última quincena de marzo, los habitantes de la comarca celebran el acontecimiento con la Fiesta del Cerezo en Flor, una gran fiesta que inaugura la temporada de la cereza, una de las frutas más exquisitas de la temporada; organizando y festejando con diferentes actividades, exposiciones, degustaciones, verbenas, rutas, romerías entre los distintos pueblos de la comarca.

Al igual que ocurre con el Sakura japonés (según me han contado), el poder contemplar el Sakura español hace sentirte tranquilo y relajado, con una sensación de paz, serenidad e incluso alegría. Te lo podría contar, lo podría relatar y describir, pero si tienes ocasión y posibilidad, lo mejor es vivirlo; yo en dos ocasiones he tenido ese privilegio: no podemos ir con prisas, déjate llevar por los sentidos, viaja tranquilo, para de vez en cuando, siéntate al lado del camino, escucha el murmullo de los arroyos, recorre antiguos caminos de peregrinos y emperadores, busca rincones escondidos donde “escuchar” la naturaleza, en los numerosos miradores para y respira profundamente, extiende la vista hasta que se pierda ……; el espectáculo en verdad, lo merece.

Dicen que no hay dos sin tres, creo que volveré, bueno volveremos....................

martes, 16 de marzo de 2010

Jardín Japonés: Jardín Zen (Parte II)

El Jardín Zen o “kare sansui” es el estilo de jardín japonés seco que consiste en un campo de arena poco profunda y que contiene arena, grava, rocas y ocasionalmente hierba, musgo y otros elementos naturales.

Estos jardines llegaron a la isla hacia el siglo XIII, junto al budismo Zen que se extendía en muchas direcciones desde China. Esta doctrina predicaba una vida austera y largos periodos de meditación para clarificar la mente y conseguir un apacible estado de armonía. Esta filosofía se fundió con los principios de estética japoneses y su amor por la naturaleza, manifestándose en muchas de las artes niponas. Durante el periodo de los samuráis, el Zen se popularizó como una disciplina imprescindible para elegir con acierto el camino más adecuado en los momentos difíciles. En aquellos años se colocaron los primeros jardines Zen en los templos, el lugar que por excelencia se dedicaba a la meditación y donde todo se encontraba en su justo lugar para crear y transmitir armonía y equilibrio.

Todos los jardines están diseñados para ser contemplados desde el interior de la vivienda. El jardín se incorpora a la estructura de la casa, que no tiene muros, sino paneles de papel que se desplazan para dejar a la vista el jardín; son jardines-escena, y por tanto de dimensiones limitadas.

En Europa las zonas verdes se caracterizan por una rígida simetría. Precisamente esto es lo que falta en un jardín zen. La tranquilidad no debe proceder de la regularidad y las repeticiones, sino del enfoque que conecta con la propia naturaleza.

El jardín Zen es sobrio, austero y abstracto a la vez que posee una estética exquisita. Con unos medios mínimos se intenta conseguir un efecto máximo. Se trata sobre todo del arte de suprimir cosas. Justo por esta limitación se potencia el efecto y se apela a la imaginación.

Según la doctrina del budismo zen, el hombre debe aspirar a vivir en armonía consigo mismo. Esto se logra por medio de la meditación, y un jardín semejante, creado según directrices especiales, se presta por excelencia a este fin. Un jardín zen sirve de maravilla para tranquilizarse sin distracción y en armonía con el entorno. Su mayor ventaja desde luego no está en el mantenimiento del mismo. Al contrario: una vez creado, éste se debe dejar en paz, para sólo disfrutar de su presencia.

Nacieron con la idea de representar el cosmos, de forma que las piedras representan las islas, las montañas, la arena el océano y el escasísimo musgo, el bosque; por ello el simbolismo tiene gran importancia: la arena o grava rastrillada, por ejemplo, representa el océano, un mar en calma y la ausencia de los malos pensamientos, las actitudes y emociones negativas de pensamientos. Un espacio de arena perfectamente alisado representa la inmensidad del mar. Los surcos pueden simbolizar los diferentes caminos que emprendemos en la vida. El agua corriente es como la fuente de la vida. Las piedras representan los obstáculos o las experiencias de la vida. Las que son irregulares y asimétricas contienen una mayor carga de energía positiva; en un plano físico, representan las montañas.

En la filosofía Zen nada pasa por casualidad y todo tiene una causa y un efecto.
El jardín zen ayuda a conseguir un estado de relajación superior y propicia la meditación, creando un ambiente de tranquilidad, vitalidad y serenidad.

Si bien esta tradición se remonta a tiempos inmemorables, se ha mantenido en el tiempo y están viviendo actualmente, un interesante resurgir, sobre todo en Occidente.

lunes, 15 de marzo de 2010

Jardín Japonés: Jardín Zen (Parte I)

Cuando en alguna ocasión hemos tenido oportunidad de ver algún jardín japonés, bien en directo o en una película, documental, reportaje o fotografía; no nos ha dejado indiferente la belleza y armonía que transmiten.

Posiblemente los jardines, sean una de las riquezas culturales de Japón que atrae cada año a millones de visitantes y turistas, forman parte de la tradición y la arquitectura japonesa y no sólo son importantes en lugares públicos, sino que se integran en las propias casas de los ciudadanos japoneses, aunque sea de reducidas dimensiones y como si de una religión se tratase.

Desde hace trece siglos, la cultura y arte del Japón diseña espacios de meditación en comunión con la naturaleza. Representan el universo, el paisaje mismo del país, consiguiendo una perfecta percepción de la realidad. Esta tradición paisajística se basa en un antiguo escrito del siglo XII, el Sakuteiki, que explica cómo diseñar el jardín sobre el principio del equilibrio inestable, siempre a punto de romperse (al igual que el Ikebana representa el equilibrio entre el Hombre, el Cielo y la Tierra) y cómo distribuir los diferentes elementos para conseguir un espacio que transmita serenidad y represente la belleza propia de la naturaleza.

Chisao Shigemori, prestigioso diseñador de jardines asegura que: "el sintoísmo, el confucionismo y el zen nos enseñan que el hombre no estaría completo sin la naturaleza. Sería como un huérfano si no se sintiera hermano del agua, las plantas o las rocas”.

Un jardín japonés se debe contemplar y admirar, como si observásemos un cuadro, una pintura, dejaremos abierta nuestra mente; es como sumergirse en un sueño en el que las rocas son montañas, donde la grava se modela en forma de ondas provocadas por la caída de una gota imaginaria en un estanque, donde los cerezos en flor rivalizan por ser el más bello y espectacular, donde las cañas de bambú, al moverse, dejan oír la música de sus emociones; esta contemplación nos produce y transmite serenidad, vitalidad, relajación, calma, armonía, equilibrio……

Los elementos característicos que podemos encontrar en un jardín japonés son: rocas y piedras, casas o pabellones de te, islas, estanques con peces de colores, puentes, linternas y farolillos, recipientes de piedra, mobiliario de madera... En cuanto a vegetación, podemos apreciar y distinguir gran variedad de plantas, arboles, flores y arbustos como musgo, bambú, pino negro japonés, cotoneaster, rododendro, azalea, arce japonés, viña ornamental, hosta, helecho, estrelizia, lirio, cerezo, ciruelo, crisantemo, glicinia…...

Se pueden distinguir diferentes tipos de jardines, cada uno tiene su propio fin (observar, meditar, contemplar….), sea cual sea, suelen cumplir las expectativas de los visitantes: jardines de paseo, jardines de aposento, jardines de té, jardines de contemplación.

Los jardines japoneses son obras de arte, visiones idealizadas que expresan la belleza de la naturaleza y valores espirituales, intentando reinterpretar, transformar y abstraer la naturaleza más que copiarla.

lunes, 1 de marzo de 2010

Sakura y Hanami

Dicen que uno de los momentos del año más especiales para visitar Japón, es durante la primavera; entre mediados de marzo y principios de abril, la flor del cerezo o Sakura, como se conoce en Japón, florece en pleno esplendor. Durante el invierno los árboles de cerezo permanecen desnudos y cubiertos de verdes hojas en el resto de estaciones, pero hacia el inicio de la primavera florecen, decorando e inundando los parques con una espectacular apariencia de nubes blancas y rosadas. Realmente todo el país se colorea, cobra vida y los paisajes se vuelven irresistibles.

El cerezo es uno de los símbolos más conocidos de la cultura japonesa, posiblemente sea la flor y el árbol más típico del Japón, presente en su arte y en su literatura.

A los japoneses les encanta esta pequeña, rosa y blanca flor que inunda los árboles. No florecen todos al mismo tiempo en todo el territorio japonés, como hay variaciones en el clima van floreciendo paulatinamente, así que mientras en el sur del país lo pueden estar festejando en alguna otra parte del país pueden estar aguardando con impaciencia. Incluso los canales de noticias informan día a día en una especie de cuenta regresiva el florecimiento del Sakura para que la gente esté preparada.

Mi profesora al igual que otros conocidos que han tenido oportunidad de contemplar los cerezos en flor, cuentan que es un hermoso espectáculo; un día los árboles están desnudos y pelados y al otro vemos un paisaje blanco y rosado, delicado, que cubre las calles y los parques. Hay cantidad de especies de Sakura extendidas por todo Japón, a veces kilómetros y kilómetros de árboles florecidos.

En Japón se realiza el festival de Hanami, en su honor puesto que es su flor más significativa (pero no la oficial, la oficial es el crisantemo que es el símbolo imperial). El florecimiento del Sakura es la ocasión esperada para que los familiares y amigos se reunen en los parques con cerezos bajo la copa y sombra de los mismos y a modo de "pic nic", comparten alimentos mientras celebran la aparición de las flores, contemplan el Sakura, festejan la vida. Lo mejor es estar atentos, comprar comida, bebida y salir corriendo a un parque para reservar y coger un buen sitio ya que después es imposible encontrar un tranquilo rincón.


Conviene darse prisa y no dejar para mañana la visita que podéis hacer hoy. Las flores del cerezo son delicadas, suelen caer muy pronto con el viento y es posible que al día siguiente de su florecimiento comiencen a desarmarse, y aunque la lluvia de pétalos también es preciosa no es lo mismo. Así, se puede disfrutar de su belleza y al caer en su plenitud, no da tiempo a verla marchitar.
El Sakura, la flor del cerezo representa y aparece de cierta manera como símbolo de la vida y la muerte (lo efímero); la belleza y la muerte se suceden de manera muy rápida; estos conceptos tienen una presencia implícita en todos los gestos de la vida cotidiana, al encauzarlos en busca de la paz interior, provocamos que en todo momento nuestros comportamientos estén de acuerdo con las leyes de la Naturaleza y del Universo; no como algo que va a ocurrir, sino como algo que ocurre. O sea, es un sentimiento real.
Este "ikebanaka" no conoce Japón, cuando pueda y tenga ocasión lo haré; lo que tengo claro que procuraré viajar de modo que mi estancia en el País del Sol Naciente, coincida con la floración de los cerezos; me imagino allí, debajo de un cerezo y contemplando el Sakura.

lunes, 22 de febrero de 2010

Un mal día

Hoy no es buen día! hoy es uno de esos días en los que sientes un gran vació, las dudas te asaltan.........; pero este blog no es un consultorio sentimental y no estoy aquí para contar penas. Más que nunca, el ikebana me ayuda ha hacer más llevaderos estos tristes días. Estoy deseando llegar a casa para coger mis recipientes, mis kenzas y perderme entre las formas que caprichosamente puedan tener las ramas y flores , sacar al máximo la expresividad y belleza , desconectar, evadirme, pensar y recapacitar al tiempo que crear un ikebana que me aporte equilibrio y tranquilidad........., seguro que lo consigo, el ikebana es una perfecta terapia.

Asimismo, aprovecho para dar las gracias a las más de 300 visitas que he recibido y que se han interesado de un modo u otro por este blog, ver que tu blog en poco tiempo recibe todas estas visitas, es alentador; espero llegar a las 3000, para ello os invito a seguir con vuestras visitas y comentarios, que como bien digo: un blog se alimenta de tus comentarios; gracias.

jueves, 4 de febrero de 2010

Otros artes

Siempre me ha llamado la atención esa facilidad innata que poseen los japoneses de poder aunar, unir y fundir lo más moderno e innovador con los más tradicional y ancestral, la tecnología de vanguardia con las costumbres más antiguas.

Este blog habla primordialmente del Ikebana (arte floral japonés), uno de estos artes antiguos, ancestrales y tradicionales; pero también de otros que necesariamente van ligados al mundo Ikebana y otros que forman parte de la cultura japonesa. En el camino por saber, conocer y averiguar más sobre el Ikebana voy descubriendo otros artes, costumbres, disciplinas no menos fascinantes y tradicionales, así como sorprendentes y curiosas.

Se puede decir que el arte japonés es un arte religioso, ceremonial, amante de la naturaleza, refinado, protocolario, espiritual, contemplativo, sentimental, misterioso……..

Son muchos los artes, disciplinas y costumbres que la cultura y arte del Japón nos ofrece. La cultura y el arte japonés no es solo antiguo, milenario y ancestral, sino rico y variado; al igual que sucede con las innumerables Escuelas de Ikebana, los que enumero, ni son todos los que están, ni están todos los que son, desde lo más conocidos como el bonsái, la ceremonia del té, el kimono, la caligrafía, la pintura, la seda, el lacado, a los más desconocidos y curiosos como el furoshiki, el incienso, pasando por el shiatsu, las artes marciales, y así hasta un largo etc.

Los que a continuación trato de explicar, o bien están relacionados de alguna manera con el Ikebana, o simplemente me han llamado la atención por resultar sumamente curiosos.

La Ceremonia Japonesa del Té es una forma ritual de preparar té verde sirviéndose a un pequeño grupo de invitados en un entorno tranquilo. Dado que quien realice la ceremonia debe estar familiarizado con la producción y los tipos de té, además del kimono, la caligrafía, el arreglo floral, la cerámica, incienso y un amplio abanico de otras disciplinas y artes tradicionales además de las prácticas de la ceremonia en el colegio, el estudio de las mismas toma muchos años, a menudo una vida completa. Incluso para participar como invitado en una ceremonia del té formal se requieren conocimientos de los gestos y posturas adecuados y las frases que se esperan, la manera apropiada de tomar el té y los dulces y la conducta general en la sala del té.

El Kodo (camino de la fragancia), es el arte japonés de apreciación del incienso o Ceremonia del incienso, conlleva una conducta y códigos determinados, donde incluye todos los aspectos del proceso, desde las herramientas utilizadas, muchas de las cuales, igual que en la Ceremonia del té son objetos de arte, hasta actividades lúdicas. El Kodo es uno de los tres artes clásicos del refinamiento japonés, (kadō/ikebana/arreglo floral, kōdō/incienso, y chadō/Ceremonia del té), pero es relativamente desconocido en el Japón actual y la menos conocida de las tres. Cuando se practica Kodo, un plato de mica se coloca sobre brasas y dentro de este plato se colocan las maderas fragantes o el incienso. La madera no es directamente quemada pero ofrece su fragancias en forma sutil. Parece que todo gira alrededor del sentido del olfato, pero el secreto del Kodo esta en “percibir”, los participantes de la ceremonia no “huelen” la madera fragante o el incienso, en cambio ellos lo “perciben”, sin abrir tanto las fosas nasales a las fragancias sino su corazón y su espíritu.

El Shodo (camino de la escritura) es la caligrafía japonesa, es una de las bellas artes más populares en Japón. Se considera un arte y una disciplina muy difícil de perfeccionar y se enseña como una materia más a los niños japoneses durante su educación primaria. Proviene de la caligrafía China, y se practica a la usanza milenaria, con un pincel, un tintero donde se prepara la tinta china, pisapapeles y un pliego de papel de arroz. El shodō practica la escritura de caracteres japoneses hiragana y katakana, así como caracteres kanji derivados de la escritura china. Actualmente existen calígrafos maestros en este arte que son contratados para la redacción de documentos importantes. Además de requerir una gran precisión y gracia por parte del calígrafo, cada carácter kanji debe ser escrito según un orden de trazo específico, lo que aumenta la disciplina requerida a quienes practican este arte. La caligrafía japonesa no es solo la belleza, sino también es el sentido, en buena parte más complicado que significación de jeroglífico escrito con el pincel. La armonía y delicadeza de líneas no solo despiertan el placer estético, sino nos transmiten la sabiduría milenaria. Cada línea tiene su sentido, cada movimiento del pincel de calígrafo crea algo bello.

El Bonsai, palabra japonesa que significa literalmente bon = bandeja + sai = plantar y consiste en el arte de cultivar árboles y plantas, reduciendo su tamaño mediante técnicas, como el trasplante, la poda, el alambrado, el pinzado, etc., y modelando su forma para crear un estilo que nos recuerde una escena de la naturaleza. El arte del bonsái se originó en China hace unos dos mil años, como objeto de culto para los monjes taoístas. Para ellos era símbolo de eternidad, el árbol presentaba un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra. Durante siglos la posesión y el cuidado de los bonsáis estuvo ligado a los nobles y a las personas de la alta sociedad. Según la tradición, aquellos que podían conservar un árbol en maceta tenían asegurada la eternidad. Un bonsái suele exponerse en un tokonoma (pequeño altar en las casa tradicionales)acompañado de un cartel (kakemono) y/o un arreglo floral (ikebana), o una planta de acento (kusamono), o un roca (suiseki).

El Origami es el arte de origen japonés del plegado de papel, para obtener figuras de formas variadas. En español lo conocemos como 'papiroflexia'. En el origami no se utilizan tijeras ni pegamento o grapas, tan sólo el papel y las manos. Por lo tanto, con sólo algunas hojas de papel pueden obtenerse distintos cuerpos geométricos (incluso a veces, poliedros) o figuras parecidas a la realidad. Las distintas figuras obtenidas a partir de una hoja de papel pueden presentar diferentes áreas (según la porción de papel que queda debajo de otra) y varios volúmenes. En mi escuela y durante el periodo de las Navidades, los Ikebanas que realizamos para Navidad y Año Nuevo, suelen ir acompañados de un origami, normalmente una grulla que simboliza larga vida y felicidad.

El Kimono es el vestido tradicional japonés, que fue la prenda de uso común hasta los primeros años de la posguerra. El término japonés mono significa ‘cosa’ y ki proviene de kiru, ‘llevar’. Los kimonos tienen forma de letra "pola" y llegan hasta las partes bajas del cuerpo, con cuellos escote en "tita" y amplias mangas. Hay varios tipos de kimonos usados por hombres, mujeres y niños. El corte, el color, la tela y las decoraciones varían de acuerdo al sexo, la edad, el estado marital, la época del año y la ocasión. El kimono se viste cubriendo el cuerpo en forma envolvente y sujetado con una faja ancha llamada obi. Antiguamente, el kimono se confeccionaba con un material rústico pero cuando Japón se fue influenciando por la cultura china y coreana, se introdujo la seda, haciendo que el kimono fuera un traje suntuoso.

El Suiseki es una roca esculpida por la fuerza de la naturaleza, apreciada y venerada porque posee la fuerza de sugerir con su forma un animal, un paisaje, un objeto. En general no es más pequeña que la mano humana. Un suiseki se puede presentar bien en una pequeña plataforma de madera tallada especialmente para albergarlo llamada daiza o sobre una bandeja grande y plana (suiban) llena de arena o de agua que nos ayuda a imaginarlo en un entorno natural. Un buen Suiseki tiene el poder de representar a los ojos del ser humano, en unos pocos centímetros, la tierra entera y el cosmos.

El Furoshiki es una de esas disciplinas o artes que no esta relacionada con el ikebana; pero por su curiosidad he querido explicar de que se trata. El Furoshiki es una tela cuadrangular tradicional de Japón, que es utilizada para envolver y transportar todo tipo de objetos, desde ropa y regalos hasta botellas de vidrio o cualquier otro objeto. En la cultura japonesa, resulta vergonzoso desperdiciar cualquier producto sin antes haber aprovechado al máximo sus posibilidades. Según los registros históricos, la aparición del furoshiki data del período Muromachi (entre los años 1392 a 1573); los ciudadanos de la época lo usaban para envolver sus ropas en los baños tradicionales japoneses (Ofuro), para no confundir o mezclar la ropa, así utilizaban el Furoshiki y dejaban su vestimenta encima de ella. Eventualmente su uso se difundió y comenzó a ser utilizada por comerciantes para proteger sus mercancías o sus regalos. Actualmente el Furoshiki está hecho de diferentes telas, incluyendo seda, algodón, rayón y nylon. Y aunque este arte se sigue ocupando en Japón, su uso ha ido decayendo, debido a la gran demanda de bolsas de plástico que existe hoy en día.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Cultura, arte y naturaleza

La cultura japonesa se caracteriza por una preferencia por la gracia interior, en oposición al esplendor exterior. El sentido de la belleza sugiere un mundo de armonía estética y emocional.

Posiblemente influenciados por su religión sintoísta, los japoneses conceden una gran importancia a la armonía entre el hombre y la naturaleza. Así esta armonía la muestran en todas las facetas de su vida, se puede contemplar claramente en el cuidado diseño de edificios, parques y jardines que tratan de conservar en lo posible las formas de la naturaleza. Los japoneses asimilaron y reinterpretaron magistralmente materiales y conceptos estéticos y filosóficos, logrando crear un arte singular, caracterizado por su refinamiento y exquisitez, donde lo pequeño, liviano y reemplazable llega a superar grandes realizaciones de otras culturas.


El espíritu japonés venera a las fuerzas de la Naturaleza que se manifiestan en el sintoísmo, budismo y más tarde en el Zen. Esta filosofía no conoce dios ni culto, ni se puede transmitir con palabras, sólo sugerir mediante símbolos que conducen a ese estado. De ahí deriva la unidad entre contemplación, intuición, poesía y estética, que se manifiesta en la ceremonia del té (Chanoyu), el arreglo floral (Ikebana), la arquería (Kendo), el teatro No, los Haikurus (poemas de diecisiete sílabas), la caligrafía (Shodo), la ceremonia del incienso (Kodo), la pintura y en otros artes.

El arte y cultura japonesa evidencian la proximidad entre la creación artística y una profunda intuición filosófica de la realidad.

lunes, 25 de enero de 2010

Herramientas y equipo

El equipo básico para elaborar un Ikebana es muy sencillo, lo podríamos resumir en unas tijeras para podar y cortar, un kenzan y un recipiente. Algunas de estas herramientas son importadas de Japón, pero son fáciles de sustituir; por ejemplo, las tijeras japonesas o “hasami” han sido especialmente diseñadas para cortar a través del tallo en una escala de grosor, pero no hay razón por la que no puedas usar unas tijeras normales, yo lo hago.

Probablemente, el utensilio más importante y característico del Ikebana, es el kenzan (foto derecha); una plataforma de plomo con multitud de clavos afilados en su superficie que facilita la sujeción del conjunto floral y a la vez actúa de contrapeso, deben de pesar mucho para balancear el peso de los diferentes materiales (flores, ramas…), las púas afiladas y juntas mantienen los tallos bien asegurados en su sitio. Pueden tener diferentes tamaños y formas: rectangulares, angulares, redondos, en forma de abanico; dependerá del recipiente que usemos para la composición. Otro tipo de sujeción es el “shippo”, un hierro circular con huecos donde colocamos las ramas, aunque este tipo no se utilice mucho.

De gran importancia es elegir adecuadamente el recipiente, dependiendo del estilo que vayamos a elaborar; para diseños “Moribana” podremos usar por ejemplo macetas muy poco profundas, bandejas de forma oval o circulares, platos anchos y poco profundos….., para “Nageire” jarrones altos, botellas, floreros estrechos…..

Otras herramientas y material para completar nuestro equipo son unas tijeras pequeñas con punta aguda que ayudarán a cortar las partes menudas y delicadas, cinta aislante o papel celo, rollo de alambre de diversos grosores y colores, trozos de tallo, madera y ramas, etc.

viernes, 22 de enero de 2010

Escuela Enshu de Ikebana

La Escuela Enshu, se funda hace más de 400 años, hacia el año 1600, por un culto y polifacético noble, Lord Kobori Enshu, líder artístico en el periodo Edo (siglo XVII aproximadamente). El talento de Lord Enshu era extenso, afamado maestro en la ceremonia del té, conocido arquitecto, diseñador de jardines, gran calígrafo, poeta, experto ceramista..........

En esta época se forma el nuevo estilo que da lugar al Ikebana actual, así como el estilo de la Escuela Enshu que se difunde rápidamente, no solo entre los nobles y samurais, sino entre el pueblo. Las lecciones y aprendizaje se basaban en la rigurosa observación del maestro.

La fama que adquiere la Escuela Enshu se percibe de manera notable en los grabados y estampas japonesas a color de Ukiyoe, un arte que también estaba en su apogeo en la misma época; en estos grabados se plasman las elegantes y bellas lineas de los arreglos florales. La mayoría de los Ikebanas pintados en los grabados de Ukiyoe, eran de nuestra escuela; el estilo Enshu se divulga y difunde ampliamente por todo el país.

A finales del siglo XIX, los occidentales que visitaban Japón se interesaron especialmente por las características representaciones curvilíneas de nuestra escuela. Algunos de ellos al regresar a sus países de origen, publicaron libros. Estos Ikebanas compuestos con bellas lineas curvas fueron novedosos y también influenciaron en los arreglos florales occidentales de entonces.

En el año 1972, la maestra (sensei) Masako Ishibashi establece en España, concretamente en Madrid, la Escuela Enshu de Ikebana, de la cual formo parte y en la que en el día de hoy se conserva la técnica y espíritu tradicional; aunque a lo largo del tiempo, se hayan desarrollado nuevos estilos acordes con los cambios sociales y de modo de vida.

lunes, 18 de enero de 2010

Como me convertí en "Ikebanaka"

Realmente, no sé si el termino "ikebanaka" es correcto, también he oído y visto alguna vez "ikebanista" pero me suena más a carpintero y no es por nada, "ikebanaka" es más sonoro, la verdad que resulta más "japo" (con todos mis respetos); yo me pregunto ¿si el que practica kárate es karateka, el que practica judo es judoka, el que practica aikido es aikidoka, supongo que quien practique Ikebana será ikebanaka?, pues si es así, ikebanaka soy, en ikebanaka me convertí.

El mundo floral, con sus formas, colores y olores siempre me ha llamado la atención. Cuando a casa llegaba un ramo de flores, era el encargado de colocar el ramo de turno, también cuando llegaban las navidades o se celebraba algún evento familiar, realizaba centros de mesa usando flores y fruta.

Hasta hace algo más de dos años, aunque si había oído hablar del arreglo floral japonés como algo meramente decorativo, desconocía por completo la filosofía y arte del Ikebana. Fue un amigo y al que desde aquí le doy las gracias por haberlo hecho, ¡gracias Raúl!, el que propiamente me descubrió el mundo Ikebana. Desde entonces se ha ido convirtiendo en algo apasionante, creativo, relajante, expresivo, comunicativo y no solo y exclusivamente el arte del Ikebana, en general la cultura japonesa, poco a poco voy descubriendo otras artes, tradiciones, costumbres sumamente fascinantes y curiosas

En esta foto podéis ver el primer diploma que me concedió la Escuela Enshu de España, en el cual me acredita como miembro y alumno de la misma. Al final de cada ciclo los alumnos podemos solicitar el diploma correspondiente acreditativo del nivel alcanzado. Estos diplomas son emitidos por la central de la Escuela Enshu de Ikebana en Kyoto.

viernes, 15 de enero de 2010

Escuelas de Ikebana


No hay un registro exacto de las numerosas y miles de escuelas de Ikebana que actualmente puedan existir solo en Japón. Cada escuela de Ikebana, tiene su propio conjunto de reglas, técnicas, características, costumbres, simbologías y aunque cada una es diferente de la otra, tienen en común el principio de tres líneas que forman el triangulo universal, representado por el Cielo, el Hombre y la Tierra. Algunas de estas escuelas son Enshu, Ohara, Ikenobo, Sogetsu, Ruysei-Ha, Ichiyo, Misho-Ryu, Koryu, Chiko…..…; como se suele decir: ni son todas las que están, ni están todas las que son, pero probablemente, por su antigüedad, prestigio, importancia, relevancia o fama, las más conocidas sean:

Escuela IKENOBO: se considera el alma del Ikebana, la escuela más antigua y tradicional de todas, posee más de 500 años de antigüedad. Fundada por el sacerdote Ikenobo Senkei en el siglo XV; cuentan que el sacerdote contemplaba cómo los fieles acudían a los templos con ramos y flores como ofrenda, y cómo descubrió que según fueran los motivos que llevaban a los feligreses al templo, arreglaban las flores de una manera u otra. Comprendió que quien iba al templo a pedir salud o el que iba a pedir una buena cosecha, plasmaba esos deseos en el arreglo de las flores que llevaba. En el siglo XVIII los diseños eran sobrios y simples, constituidos por tres ramas principales que formaban una unidad para expresar los cambios constantes de la vida. En la actualidad aún perdura con la 45ª generación de maestros de Ikebana.

Escuela KORYU: también conocida por Ko. Recibía clara influencia del estilo Ikebono. Sus composiciones eran conocidas como Nageire, caracterizadas por la espontaneidad estilística. La Escuela de Koryu está particularmente preocupada por las reglas y formas geométricas de los diferentes arreglos. Fue fundada en 1900 por Tsunoda Mansaku. El lema de esta escuela es: “ikebana es el reflejo espiritual de uno mismo”.

Escuela MISHO-RYU: fue fundada a principios del año 1800 por Ippo Mishou-sai. La palabra “Misho” quiere expresar ese elemento anterior a la vida, es decir, el origen y la fuente de lo que será posteriormente la existencia del ser. Para el Primer Gran Maestro Ippo Mishou-sai, esa fuente anterior a la existencia era el universo o cosmos, fue reflexionando acerca de las ideas del cielo y de la tierra, del Ying y del Yang, tomado de la filosofía china, de la vida y la muerte, para poder alcanzar de esta manera la esencia del universo y reflejarlo en el Ikebana. A partir de ellas, estableció la forma definitiva de su estilo en las tres ideas del cielo, la tierra y el hombre; de este modo, Ippo Mishou-sai desarrolló y consolidó la teoría del “Kado” (camino de las flores) y la estructura de la composición floral. Por tanto, podemos decir que dicha teoría del “Kado” supone una filosofía basada en una recopilación de la filosofía china, el confucionismo, el taoísmo y el budismo Zen. La Escuela Misho busca por medio del Ikebana, encontrar el camino del propio entendimiento espiritual, aspirando a la liberación de todo aquello que perturbe al alma y llegar a la consecución de la verdad.

Escuela OHARA: a principios del siglo XX, Ohara Unshin fundó su escuela e introdujo su propio estilo, llamado Moribana. Al principio los deseos de Ohara era ser escultor, pero como no pudo, se dedicó al Ikebana. Empezó aprendiendo en la escuela Ikenobo, pero le pareció un estilo demasiado rígido. Por eso decidió crear su propia escuela añadiéndole materiales extranjeros, ya que el autor tenía más libertad de expresión. A lo largo del siglo XX, esta escuela ha cosechado más éxito que las antiguas escuelas.

Escuela SOGETSU: también creada en el siglo XX. Fue creada por un grupo de críticos que no estaban de acuerdo con los estilos clásicos que fundaron la Escuela Sogetsu (1927), liderada por Sofu Teshigahara. En esta escuela y con la introducción de su estilo, el Zen´ei ikebana, se da una total libertad al artista, revolucionando el mundo del Ikebana con la introducción de nuevos materiales como plástico, yeso o acero en sus creaciones.

Escuela ENSHU: escuela de la cual formo parte, no es la más antigua, ni la más importante, pero es mi escuela y como tal creo que hablar de ella, merece un apartado aparte.

miércoles, 13 de enero de 2010

Estilos de Ikebana

Son miles de Escuelas de Ikebana, las que funcionan solo en Japón. Actualmente el Ikebana se ha extendido por todo el mundo, con la formación y aparición de diferentes escuelas, asociaciones, organizaciones. El estilo del Ikebana ha ido evolucionando con el paso del tiempo, aunque en la mayoria de las Escuelas, se practican principalmente los estilos siguientes:

Estilo Rikka

Posiblemente sea el primer estilo conocido, la base del resto de estilos. En el siglo VI los arreglos florales, hasta entonces desconocidos, comenzaron a verse en ambos lados de los altares de los templos budistas, los cuales se extendieron por todo el país en los siglos subsiguientes. Rígidos y voluminosos, con el objeto de conservar la armonía con el imponente templo, estos “Rikka” o “flores enhiestas” se destacaban en alto grado sobre ornados recipientes de bronce. Las extremidades de sus ramas, como también las flores, señalaban hacia el cielo para indicar la fe. También se podía dividir entre una parte de luz y otra de sombra (algo que en China se conocía como Ying y Yang). En un principio lo componian siete lineas, cada una de las cuales representaba una parte del Monte Meru (cosmología budista), posteriormente, se modificaron, pasando a ser de nueve o incluso once ramas. Actualmente, se halla pasado de moda y esta considerado como una forma anticuada del arte floral.

Estilo Shoka o ShinShoka

Se trata de un perfeccionamiento más sencillo del estilo Rikka llevado a cabo por el maestro Senjo Ikenobo. Sus composiciones son de tres ramas y mayoritariamente con forma triangular. Representan el cielo, el hombre y la tierra, que son las tres partes en las que dividen el universo. Dicho estilo se caracteriza por el orden, presentando los elementos de sus composiciones de una manera natural, tal y como se manifiestan cuando están en libertad.

Estilo Nagueire

Teniendo como patrón a seguir una estructura triangular y una armonía cromática, el resto de la composición queda en manos de la espontaneidad del creador. Una de las formas típicas del Nagueire es la que está compuesta por una rama larga y a partir de ella unas flores situadas en la base.Proviene del estilo Rikka, se usó para denominar a las lujosas creaciones que tuvieron cierta fama durante el s. XVII. Este estilo se realiza en recipientes altos de boca estrecha (tipo jarrón).

Estilo Moribana

Usado por el creador de la escuela Ohara, Ohara Unshin, el estilo Moribana rompe con las características de los estilos más antiguos, desmarcándose del resto al usar flores que eran importadas y la estructura triangular clásica, pero dándole un plano tridimensional. En las creaciones del estilo Moribana se hace una división en cuatro cuartos, cada uno de ellos representa una estación del año y decorado con las flores de la estación. Proviene de las palabras moru=acumular, juntar y hana=flor, y se practica en recipientes planos. Quizás sea el que más se ajusta al temperamento y gusto europeo.

Estilo Libre

Estilo caracterizado por la libertad que se le da a la hora de crear las composiciones, dejando de lado las normas impuestas por las escuelas antiguas. En sus composiciones, rompían con todo lo establecido, usando elementos nuevos, como el plástico o el cristal, tomando patrones hasta ese día nunca establecidos y en definitiva, dejando rienda suelta a su imaginación, sin limitar en ningún aspecto.

lunes, 11 de enero de 2010

Simbolismo y técnica


Todo Ikebana, esta compuesto por tres líneas básicas y fundamentales que constituyen la base del arreglo floral, este principio tiene su origen en el budismo y es un principio espiritual. Estas lineas representan la luz y la sombra (como concepto de personalidad) y lo que podríamos llamar el "Principio del Tres" (como concepto cósmico), representado por tres líneas maestras de diferentes alturas que rigen el universo: el Cielo (Shin), el Hombre (Gyo) y la Tierra (Tome); todo lo que hay en el Cielo, sol, luna, nubes, aire, lluvia... da energía y alimenta a la Tierra, la Tierra la transmite a lo seres vivos, el Hombre, plantas, flores, animales...... produciendo y manteniendo el equilibrio y armonía universal.

Cada flor, cada rama que colocamos en un Ikebana no solo representarán los símbolos mencionados; así mismo, cada flor en su especie, tiene un significado: si uno pone por ejemplo una dalia , significará agradecimiento, si pone una caléndula significará separación, si pone una yedra significara amistad; por otro lado flores completamente abiertas, hojas marchitas o secas, representarán el pasado, flores a medio abrir y hojas perfectas, el presente, capullos, flores sin abrir que sugieren un futuro crecimiento. En las composiciones de Ikebana, los ramos y las flores se colocan asimetricamente, de manera ternaria y tienden a formar un triángulo.

Las flores y las ramas se deben equilibrar sin resultar demasiado recargadas: ahí reside el antiguo arte del Ikebana, que es mucho más que un simple ornamento floral. Podando las ramas laterales y las hojas para revelar la línea, o seleccionado solamente unas pocas flores, de acuerdo con el principio de la simplicidad, se puede conseguir un efecto más fuerte y poderoso, otorgando la forma de lo que queremos expresar. Los verdaderos artistas del Ikebana son capaces de conjugar sencillez, equilibrio y belleza para alcanzar la paz y mantener la armonía.

jueves, 7 de enero de 2010

Filosofía y práctica





La palabra Ikebana significa “flor viva colocada”, y consiste en la composición de arreglos florales, usando flores, frutos, ramas, semillas...., no solo con una finalidad estética y decorativa, también como modo de meditación. Es un arte y una filosofía de siglos, y aunque cualquiera puede intentarlo, si uno no los realiza bajo la filosofía japonesa jamás podrán considerarse como verdaderos Ikebanas.

El antiguo arte del Ikebana trata de eso precisamente, del arte del arreglo floral como filosofía acerca del paso del tiempo. El Ikebana recuerda al que lo practica el paso del tiempo, ya que no se puede acceder a las mismas plantas en cualquier estación. El hecho de que las obras sean efímeras lo convierten en un acto ideal para la reflexión acerca de el paso del tiempo y su inconsistencia, trata de motivar no sólo la introspección y meditación por parte de quien manipula las flores y ramas, sino que pretende aportar a quien mira unos ciertos "equilibrios" y conceptos.

El Ikebana que practicamos en mi escuela (Escuela Enshu), tiene dos finalidades: por un lado desarrollar el aspecto creativo y artístico de la persona que lo practica, y por otro hace aflorar sensaciones y sentimientos mientras lo realizas mediante un "dialogo" directo con las flores; este diálogo nos proporciona relajación, concentración, desahogo y un mayor autoconocimiento.

El silencio es una necesidad durante las prácticas de Ikebana. Es un tiempo para apreciar las cosas en la naturaleza que las personas suelen pasar por alto debido a sus ocupadas vidas. Uno llega a ser más paciente y tolerante de las diferencias, no sólo en la naturaleza, sino también en general. El Ikebana puede inspirar a identificar con la belleza en todas las formas de arte. Este es también el momento en que uno siente la cercanía a la naturaleza que ofrece la relajación de la mente, cuerpo y alma.

En definitiva, el Ikebana no es un simple hobby o pasatiempo, sino una auténtica terapia y una forma de meditación, una puerta de evasión del agitado mundo, que hace posible que tengamos y disfrutemos de un trocito de naturaleza dentro de nuestro propio hogar.

Origen e historia


Los primeros arreglos florales o Ikebanas fueron realizados por monjes budistas en el siglo VI D.C., en un principio surgen como una necesidad religiosa para adornar los templos y altares y efectuar ofrendas; los primeros datos escritos en poemas o ensayos, alabando la belleza de las flores en recipientes se remonta al siglo X, en el Kokin Waka Shu (libro de poesía)"...en un recipiente coloca una rama de ciruelo en flor..."; destacando la difusión, a través de la alta sociedad aristocrática japonesa, del interés por el disfrute de los adornos florales. Posteriormente se usa como fondo decorativo para la ceremonia del te (chabana), popularizando los arreglos florales por motivos no religiosos, extendiéndose más tarde esta practica a las casa particulares.

Con el dominio de los samurais en el periodo Kamukara, se producen importantes cambios sociales con la implantación de nuevas costumbres y gustos. En arquitectura nace el "tokonama", espacio sagrado del salón y lugar destinado a colocar los arreglos florales.

Es en el siglo XVI, cuando se crean las primeras reglas precisas y complicadas para los arreglos florales que posteriormente darán pasa a los diferentes estilos del Ikebana, así como a la aparición de las primera escuela de Ikebana (Escuela Ikenobo).

Curiosamente, este arte tan sutil no estuvo permitido practicarlo a las mujeres hasta bien entrado el siglo XIX; hasta entonces, fue exclusivo de nobles, sacerdotes o guerreros. En la actualidad son preferentemente las mujeres las que practican este arte, aunque los grandes Maestros Superiores de las principales escuelas, siguen siendo hombres.

Con el tiempo, a través de los siglos, el concepto Ikebana a variado desde el haber estado enfocado a ser una tradición meramente ceremonial o religiosa, a ser lo que es hoy un concepto mayoritariamente laico con fines decorativos.

Actualmente, en la mayoría de las escuelas japonesas, la tradición y el simbolismo afortunadamente persisten. La filosofía y conceptos religiosos originales del Ikebana aún no son olvidados en muchas de ellas.

¿ Que es el ikebana ?


El Ikebana es el arte japonés del arreglo floral, un Ikebana es una composición de motivos decorativos mediante flores, aunque también se puede utilizar ramas, frutos, semillas, hojas.....

Etimológicamente hablando, podríamos descomponer la palabra Ikebana en dos partes: "ikeru" (como conservar vivo, colocar) y "bana" (flor), con lo que traducimos como "flor viva colocada". También se conoce como "kado" (el camino de las flores).

El Ikebana es un arte. Arte pleno de historia y tradición, pero no por ello anticuado y obsoleto; se ha ido renovando con el paso del tiempo, adaptándose al avance de la civilización, de las ideas, de los cambios sociales.....

Nadie permanece indiferente ante la belleza que encarnan y representan las flores. Su forma, color o aroma nos envuelven y transforman.