martes, 21 de agosto de 2012

A mi padre: In Memoriam

De nuevo, me tomo una pequeña licencia y libertad al escribir este artículo que aunque no este relacionado con el mundo del ikebana, si forma parte del camino o "do" de mi vida, al igual que el "do" del ikebana. Por ello, hoy 21 de agosto, este conjunto de letras y palabras, van dedicadas a la memoria de mi padre.

Ya hace seis años que nos dejaste, seis años sin tu presencia, sin estar entre nosotros físicamente aunque tu recuerdo, tu persona sigue profundamente junto a todos los que te quisimos y queremos.

Dicen que el tiempo lo cura todo, que es un buen antídoto para el olvido pero en este caso no es así; hemos aprendido o tratamos de aprender a continuar con nuestra vida, nuestra rutina sin ti. Efectivamente el tiempo en este sentido si te enseña, pero el recuerdo, el sentimiento no se puede borrar jamas.

Que se puede decir de la ausencia de un padre; por ello, permitirme reproducir las sentidas y cariñosas palabras que dedique a mi padre en su emotivo funeral a los pocos días de su fallecimiento. Apesar del tiempo transcurrido no puedo evitar emocionarme al recordar estas palabras; palabras, recuerdos y sentimientos que siguen vigentes transcurridos los años.


"En primer lugar, dar las gracias a todos, familiares y amigos por vuestro cariño y apoyo en estos difíciles momentos para nosotros, vuestra presencia nos reconforta.

Como consecuencia de un triste, duro y largo proceso que le llevo desde ser lo que siempre fue, un hombre cariñoso, generoso y vital, a un hombre al que su cuerpo no le proporcionaba mas que problemas y desdichas; han sido algo más de años de gran dureza, en los cuales el sufrimiento y deterioro iban aumentando día a día; y aun así nos ha dado una gran lección de valentía y dignidad, desde el primer día afrontó, asimiló y asumió con gran entereza y naturalidad, su triste enfermedad, siendo plenamente consciente del triste final.

Se que en estos momentos cuando alguien se ha ido, siempre se suele decir lo bueno que era, pero en este caso me consta y doy fe que ha sido así; mi padre era "buena gente", no se si habrá sido el mejor, pero sin duda ha sido un excelente y buen esposo, padre, hermano, abuelo, tío, primo, amigo, vecino....; una excelente persona preocupada siempre por el bienestar de su familia y todos los suyos; Papá era un hombre afable, atento, amable, respetuoso, educado y por supuesto, coqueto; era todo un señor, todo un caballero. Papá tenía ese don de gentes, le querían y sobre todo respetaban hasta las piedras.

Hace once días que mi padre nos dejó, le echamos mucho de menos, pero siempre estará y permanecerá con nosotros, sigue y seguirá vivo en nuestros corazones.

Durante estos días han sido muchas las muestras de condolencia, cariño y apoyo que hemos recibido y aunque en algún momento puedan resultar abrumadoras, son muestras sinceras que a uno le llenan de orgullo y satisfacción ser hijo de quien soy. Se que mi padre desde donde quiera que esté, estará contento, satisfecho y orgulloso de veros a todos hoy aquí.

Por último, de nuevo daros las gracias a todos por que mi padre así lo hubiera querido y hecho; mi agradecimiento particular a ....(varias personas).....; a todos gracias por estar ahí, por su apoyo, compañía, comprensión, paciencia; y por supuesto dar las gracias especialmente a mi madre que desde hace 57 años y junto a mi padre han compartido sus vidas, en los buenos y malos momentos, siempre juntos e inseparables, siempre mirando hacia adelante y que en los últimos dos años, se entrego en cuerpo y alma al cuidado de Papá, dándole todo el apoyo, cariño ternura y amor posible para evitarle sufrimientos mayores. ¡Gracias!"


Mi padre no llegó a conocer la afición y pasión que adquirí al descubrir el mundo del ikebana; pero estoy seguro que esté donde esté, estará contento y orgulloso de su ikebanaka hijo. Por ello no me queda más que dedicarle este ikebana con todo mi amor y cariño; un ikebana de estilo "moribana", en el cual he querido plasmar y representar  de alguna manera su personalidad y manera de ser; un ikebana en donde las ramas de parra se abren como "dos brazos" orgullosos y preparados para recibirnos y abrazarnos. Las complementan una vistosa y calida alstroemeria, acompañada de unas sencillas y coquetas achilleas. Por último un siempre elegante anthurium.

Te sigo echando de menos. Sigues presente en mi vida, en mi camino, en mi "do".