sábado, 31 de enero de 2015

Ikebanaka

Un ikebanaka es la persona que compone, concibe, hace y crea ikebanas.

Al igual que los alfareros y ceramistas, modelan el barro y la arcilla con sus manos hasta crear y dar forma a un recipiente o figura,  los ikebanakas con sus manos, “modelan” las ramas, flores y hojas hasta conseguir ese particular arreglo floral, creando una particular, pequeña y única pieza de arte, llamada ikebana.


El ikebanaka crea; es un artista, un artesano que hace de cada ikebana su pequeña obra de arte. La forma y diseño está en su corazón, sale de su corazón; además posee el conocimiento y las herramientas adecuadas y necesarias  para hacer su trabajo. Sabe lo que tiene que hacer, sabe cómo lo tiene que crear.

Para el ikebanaka, las flores, ramas y hojas son la materia prima para trabajar, para crear. Se sienta frente a su mesa, con sus peculiares herramientas. Elige el recipiente, coloca el kenzan, toma con sus manos las ramas y flores y en un bello y mudo dialogo, deciden el modo y forma de colocar y disponer las mismas.


Las manos del ikebanaka pinchan y clavan las ramas y flores en el kenzan, en un riguroso orden. Una rama, una flor ……, comienza a surgir una forma  precisa, bella y de diversas líneas, predestinada a convertirse en una particular y bella obra de arte que llamará la atención, iluminando e inspirando los días en su efímera perdurabilidad. 
  
El trabajo de un ikebanaka no es sólo una habilidad innata, una técnica aprendida o una destreza adquirida, además de una tradición y voluntad de transmitirla, que se aprende a lo largo de un prolongado y duradero camino, y al tratarse de una de una obra creativa, se convierte en un impulso, en una necesidad profunda y constante de crear. Esta necesidad y actividad puede llegar a dar sentido a la vida y a una estética de la misma, una belleza vital que el ikebanaka trata de implantar y hacer crecer en el mundo, creando bellos ikebanas con sus manos y corazón.


Una vez que el ikebana está listo y terminado, el ikebanaka lo colocará en ese lugar elegido,  donde podrá ser contemplado, transmitiendo todas las sensaciones y sentimientos de este artesano de las flores, dándole sentido y forma, con un mágico equilibrio y armonía.