lunes, 18 de enero de 2010

Como me convertí en "Ikebanaka"

Realmente, no sé si el termino "ikebanaka" es correcto, también he oído y visto alguna vez "ikebanista" pero me suena más a carpintero y no es por nada, "ikebanaka" es más sonoro, la verdad que resulta más "japo" (con todos mis respetos); yo me pregunto ¿si el que practica kárate es karateka, el que practica judo es judoka, el que practica aikido es aikidoka, supongo que quien practique Ikebana será ikebanaka?, pues si es así, ikebanaka soy, en ikebanaka me convertí.

El mundo floral, con sus formas, colores y olores siempre me ha llamado la atención. Cuando a casa llegaba un ramo de flores, era el encargado de colocar el ramo de turno, también cuando llegaban las navidades o se celebraba algún evento familiar, realizaba centros de mesa usando flores y fruta.

Hasta hace algo más de dos años, aunque si había oído hablar del arreglo floral japonés como algo meramente decorativo, desconocía por completo la filosofía y arte del Ikebana. Fue un amigo y al que desde aquí le doy las gracias por haberlo hecho, ¡gracias Raúl!, el que propiamente me descubrió el mundo Ikebana. Desde entonces se ha ido convirtiendo en algo apasionante, creativo, relajante, expresivo, comunicativo y no solo y exclusivamente el arte del Ikebana, en general la cultura japonesa, poco a poco voy descubriendo otras artes, tradiciones, costumbres sumamente fascinantes y curiosas

En esta foto podéis ver el primer diploma que me concedió la Escuela Enshu de España, en el cual me acredita como miembro y alumno de la misma. Al final de cada ciclo los alumnos podemos solicitar el diploma correspondiente acreditativo del nivel alcanzado. Estos diplomas son emitidos por la central de la Escuela Enshu de Ikebana en Kyoto.

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