domingo, 8 de febrero de 2015

Kokedamas: bolas de musgo

Algunas personas y miembros de este blog, así como miembros del grupo y página de Facebook, me han preguntado e interesado por los kokedamas. Por ello he tratado de encontrar una relación entre diferentes aspectos con el ikebana y he decidido publicar este artículo, el cual deseo que os resulte interesante y entretenido.


La elaboración y creación de un ikebana o un kokedama, aunque tienen una técnica completamente diferente, mantienen cierta relación en algunos de sus aspectos, como por ejemplo el gusto japonés de reproducir escenas de la naturaleza y poder disfrutarlas en el hogar, como si fueran un pequeño jardín; el hecho de que ambas artes son composiciones que a la vez resultan simples y muy estéticas visualmente; como encontrar kokedamas, al igual que ikebanas, en las ceremonias del té o "tokonomas" para armonizar la sala y hacer aún más agradable y natural la estancia de quienes se encuentren allí o como que ambos, ikebana y kokedama, son trabajos artesanales, no habiendo dos iguales, haciendo de los mismos únicos y especiales.




Un kokedama, básicamente es una planta cuyas raíces crecen y se desarrollan en el interior de una esfera de substrato envuelto en musgo natural, haciendo todo el conjunto las funciones de maceta o contenedor.

La traducción literal de kokedama, vocablo de origen japonés, es el conjunto a su vez de dos palabras japonesas, por un lado "koke" (musgo) y por otro lado "dama" (bola), las cuales traduciremos como "bola de musgo".



Dicen que el kokedama es un "descendiente" con ciertas similitudes de la técnica del bonsái, y es cierto; ambas técnicas retienen las plantas en una pequeña porción de tierra, aunque los cuidados que requieren los kokedamas son mucho más sencillos. Al kokedama se le reconoce con el bonsái de los pobres.

Se calcula que la técnica del bonsái se inició hacia el 700 AC en China, y la del kokedama hace unos 500 años en Japón. Hacia el 1600 AC, partiendo del bonsái, es decir, de un árbol obligado a crecer en una bandeja con poca profundidad y con un estilo determinado, empezaron a tener plantas sólo en una bola de sustrato con un plato debajo y con un estilo propio de bonsái. Posteriormente, sustituyeron la bola de sustrato por una bola de musgo. Poco a poco fueron probando con numerosas plantas: anthurium, helechos......, mientras perfeccionaban la técnica del kokedama. Aunque no se popularizo y dio a conocer mundialmente hasta los años 90 del siglo XX.



El kokedama tiene su origen en la unión de varias técnicas tradicionales japonesas, como son:

- el "Nearai", cultivo de pequeñas plantas silvestres plantadas sobre una roca o un cuenco de arcilla o roca y colocadas en una cerámica tradicional.

- el "Kusamono": son los cultivos de plantas asociados al bonsái, para indicar la estación de año,  se colocan en una cerámica artesanal o "Jiita" (madera lacada).

- el "Bonsái": cultivo de árboles y arbustos "obligado" a permanecer pequeña conteniendo su crecimiento y plantado en una cerámica tradicional.



Las numerosas especies que crecen y se pueden plantar y cultivar en kokedamas suelen ser anuales con delicadas floraciones, arbustivas o incluso determinadas variedades de pequeños bonsái. Así podemos encontrar kokedamas de bulbos, ficus, scheflera, bromedia, dracena, palmito, kalanchoe, spatifilum, bambú, palo de agua, azalea, areca......., o bonsáis como carmona, zelkova, sageretia, serissa ....



Quizás por su delicado y simple aspecto, podríamos pensar que un kokedama requiere unos especiales cuidados. No más lejos; los cuidados son realmente fáciles, en realidad es una planta con una maceta viva y hay que tener los mismos cuidados que cuando mantenemos cualquier planta: luz, riego, fuentes de aire y de calor y abonado.  Como una planta normal, todo dependerá de las características generales de la planta.



Y al igual que ocurre con un ikebana, esta pequeña "bola de musgo", de diseño simple, minimalista y delicado, en una perfecta combinación de arte y naturaleza, tiene el poder y capacidad de relajarnos y transportarnos a otros lugares; decorar cualquier espacio, aporta alegría y belleza, equilibrio espiritual y nos acerca el alma de la naturaleza, armonizando cualquier ambiente y transmitiendo serenidad y elegancia atemporal.



Para finalizar quería dar las gracias de manera especial a "Espacios Vivos", Pilar Tejela, por su ayuda en la información recogida en este artículo, así como por su amabilidad y cortesía en las fotos que acompañan al mismo. ¡Muchas gracias Pilar!.

3 comentarios:

  1. Me ha resultado un artículo muy interesante. Había visto en alguna ocasión los kokedamas pero sin prestarles mas atención. Una manera muy original y diferente de tener un pequeño "vergel". Gracias por compartir este texto.

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  2. yo realizo la técnica hace tres años y no se hacer una pagina online y viendo me encantó la forma explicativa y delicada con la que podemos describir que es un Kokedama...gracias un abrazo!

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  3. Me ha encantado el artículo, se nota que hay trabajo de investigación y desarrollo detrás, un saludo.

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