Estamos en otoño, época de pausas y sosiego, aunque para nuestra fortuna y deleite, la Naturaleza nunca se detiene, siempre nos depara con una grata sorpresa que nos deleita en cada estación. Si tuviéramos que elegir una planta o flor estrella de otoño, sin duda el puesto “número uno” se lo llevaría el crisantemo.
Crisantemo proviene de la combinación de la palabra griega “chrysos” que significa oro, con la palabra “anthos”, que significa flor, así que la palabra crisantemo significaría literalmente “flor de oro”. Esta noble flor ha sido retratada a menudo como símbolo de perfección en muchas culturas. Todo un logro para una flor que comenzó como una pequeña y sencilla margarita amarilla.
Los crisantemos son híbridos complejos que ofrecen numerosas variedades aptas para todos los gustos. Sus inflorescencias son tan diversas que nos permiten elegir entre un gran surtido de formas y colores variados, como ámbar, dorado, naranja, morado, violeta, blanco y matices rojos y rosas, entre otros. Así como plantear innumerables diseños y creaciones para ikebanas, centros, arreglos florales, arriates o hermosos y bonitos ramos de flor cortada.
En Japón el crisantemo se llama “kiku” y fue introducido en el país, probablemente en el siglo VIII. Los japoneses se refieren al crisantemo como su “flor solar”, la familia imperial japonesa lo adopto como su emblema y el sello del propio emperador. La flor se representa con 16 pétalos dorados y radiantes como los rayos y llamas del sol, el centro de la cual simboliza el estado del emperador en el esquema de las cosas.
Longevidad y felicidad, son atributos de ambos. De hecho se le considera la flor nacional. El “Trono del Crisantemo” (Kikukamonshō o Kikkamonshō) es el nombre dado a la posición del Emperador de Japón. El crisantemo o “Kiku”, es la divisa o corona (monshō) del emperador. Así la flor representa a éste y a la Casa Imperial de Japón.
Es muy evidente el amor que tienen los japoneses por la flor del crisantemo. Cada año entre octubre y diciembre realizan y organizan a todo lo largo y ancho de Japón muchísimas exhibiciones, exposiciones, festivales que homenajean a esta flor. De las más conocidas, populares y afamadas, la exposición de crisantemos que se lleva a cabo en el Santuario Meiji y en el Templo Asakusa Kannon, en Tokyo, son de las más importantes. Se pueden ver también en muchos castillos, santuarios y jardines por todo Japón, como en Nagoya, Okayama, castillo de Matsumoto, Gokoku, Kasama Inari, Hirataka Koen.....
Dentro de estas exposiciones y exhibiciones, encontramos una curiosa y original forma de exhibir el crisantemo, conocida como “Kiku Ningyo”. El “kiku ningyo” es el arte de crear figuras de personas y animales, utilizando un gran número de crisantemos.
Estas demostraciones representan por lo general famosas escenas de la historia utilizando figuras a tamaño real adornadas por flores vivas, una forma únicamente japonesa de arte que se hizo popular durante la Era Meiji.
Los crisantemos, son un género de alrededor de 30 especies, de origen asiático, pero ampliamente extendido por todo el mundo; es una hermosa flor cargada de simbolismo. Mientras en Occidente, es tradición utilizarlo como ofrenda floral en el Día de los Difuntos, aunque no por ello deje de ser y llenar con abundancia y alegría los hogares como planta ornamental; en Oriente, representa la longevidad, por eso también es una flor ritual muy frecuente en determinadas ceremonias.