miércoles, 30 de enero de 2013

Arte Floral en León

He tenido el placer de pasar este último fin de semana de enero en la monumental y preciosa ciudad de León, con un maravilloso e histórico patrimonio y paso obligado del Camino de Santiago.
 
Todo un lujo poder pasear y perderse por cada rincón de la ciudad que incita a recorrerla a través de los tiempos; descubriendo el artístico y cultural patrimonio, como las enrevesadas y estrechas callejuelas del "Barrio Húmedo", sus encantadoras plazas, visitar la maravillosa Catedral de Santa María, el Convento de San Marcos, la Basílica de San Isidoro, la Casa Botines o el Palacio de los Guzmanes, entre otros; y sin olvidar su rica, variada y tradicional gastronomía.
 
 
Pero además de las citas artísticas, culturales y gastronómicas, tuve la oportunidad de visitar a mi amiga Rocío, la cual desde septiembre de 2011, dirige con gran acierto y  profesionalidad "DF. Decoración Floral", aunque su trayectoria y dedicación al arte y decoración floral viene desde 1993.


"DF. Decoración Floral" es un precioso, elegante y bonito espacio dedicado a la decoración floral. Se encuentra en una muy céntrica calle de León, concretamente en el número 3 de la Avenida Suero de Quiñones, muy cerca del Hostal de San Marcos.

 
Allí, Rocío, con su buen hacer, ilusión, creatividad y profesionalidad, asesora y ofrece todo tipo de servicios relacionados con la decoración floral: ramos de novia, decoración de iglesias, banquetes, bodas, comuniones, hoteles, restaurantes, oficinas y empresas, atención personalizada, con servicio semanal de flores para recepciones, centros de mesa, eventos…..


Tanto a Rocío como a mí, nos une el amor e ilusión por el arte floral, el placer de disfrutar trabajando en algo que nos colma de satisfacción. Aunque sean diferentes técnicas, Rocío como decoradora floral y yo como ikebanaka, ambos procesamos ese "amor" por el arte floral con nuestras obras y creaciones, plasmando nuestros sentimientos, emociones y sensaciones, tratando de hacer participes a quienes las contemplan.
 
Por todo ello, para celebrar esa unión floral, así como nuestro encuentro, lo hicimos de la manera que mejor sabemos, creando los siguientes trabajos.


Rocío, optó por un impresionante y elaborado centro vegetativo. Un centro vegetativo trata de representar un paisaje como al igual sucede con el estilo "keshiki-bana" en el ikebana.  Una composición que asemeja un recorrido en la naturaleza teniendo en cuenta los puntos de vegetación principales y utilizando diversos tipos de flores que nos dibujan el paisaje desde un monte con sus recobecos, un puente o una llanura donde perderse, seguir caminando y disfrutar .....


Por mi parte, al no disponer de "kenzan" y utilizar esponja húmeda, traté de plasmar el arte del ikebana en este centro floral. Podríamos decir que realicé una fusión de ikebana y centro floral, cuyo resultado aquí tenéis. Para el "shin", "hikae" y "gyo" utilicé sauce tortuoso; el "tome" está compuesto por  dos hojas de helecho de cuero; asi como el "do" lo compone dos antúrios y statis. Al usar esponja húmeda, era necesario cubrirla, para ello utilicé crisantemos "Santini", paniculata y musgo liofilizado.

 
La experiencia de los floristas, decoradores florales o ikebanakas, les hace a todos, ser únicos en su natural forma de crear con sus manos y mente nuevas formas y conceptos.

El arte floral, sea cual sea la técnica o estilo, es pura creatividad; un maravilloso mundo de creatividad emocional que nos ofrecen y brindan las flores.


miércoles, 16 de enero de 2013

"Nihon Sanmeien": los tres jardines más bonitos y bellos de Japón

En un artículo anterior, ya hablamos del gusto de los japoneses por enumerar y “listar” todo aquello que por su interés, belleza o simplemente curiosidad, se puede considerar “lo más”. En este caso, vamos a referirnos a la lista “Nihon Sanmeien” o lo que es lo mismo, los tres grandes jardines de Japón, considerados según la lista, los más bellos del país. Estos tres bellos jardines son: el Jardín de Kairaku-en, el Jardín de Kenroku-en y el Jardín de Koraku-en.


Además de árboles y arbustos, los jardines japoneses emplean artísticamente rocas, arena, colinas artificiales, estanques y agua en movimiento. A diferencia de los jardines occidentales, con sus árboles y rocas colocados geométricamente, el jardín japonés crea tradicionalmente una composición escénica que, de la forma más natural posible, imita la naturaleza.

Las diversas formas que tomaron los jardines con el paso de los siglos fueron sintetizadas en el periodo Edo (1603–1868) a través de los jardines de estilo “kaiyu” (muchos placeres), creados por los señores feudales. Este estilo y tipo de jardín, presenta al visitante una nueva visión a cada paso del camino que conecta los jardines, estanques, colinas, casas de té y arroyos. Estos tres jardines, pertenecen a este periodo y estilo.

Jardín de Kairaku-en

Se encuentra en Mito, la capital de la prefectura de Ibaraki, al noreste de Tokio. No se trata de un jardín muy antiguo, fue creado a mediados del siglo XIX por el señor de la región Tokugawa Nariaki.


Al contrario que los otros dos jardines, este estaba abierto al público con el objeto de poder compartir la belleza de las flores, de la naturaleza con sus súbditos, de ahí el nombre del jardín: "jardín para el disfrute de todos" o “jardín para disfrutar con la gente”.


Este jardín es conocido sobre todo por la floración de sus más de tres mil árboles de ciruelo “ume”, de finales de febrero a mediados de marzo. De hecho, entre el 20 de febrero y el 31 de marzo, el Festival del Ciruelo de Mito (Mito Ume Matsuri) se celebra anualmente. Además de “ume”, el parque tiene más de cien especies vegetales como cerezos de diferentes colores, bosques de bambú y de cedro, azaleas, lespedeza o trébol japonés o glicinias entre otras.


También cuenta con un edificio de estilo tradicional llamado “kobun-tei”; las puertas corredizas de cada estancia están ricamente decoradas con diferentes pinturas que reflejan las plantas y naturaleza de cada estación.


Este histórico y tradicional edificio de madera, que perteneció a uno de los últimos samuráis de Japón y situado en el centro del jardín, ofrece desde su tercera planta una espectacular y bella vista de casi todo el jardín.


Jardín de Kenroku-en

Es un parque y jardín situado en la ciudad de Kanazawa, en la prefectura de Ishikawa. Su historia se localiza en el periodo “Edo” y originalmente era el jardín exterior del Castillo de Kanazawa.


“Kenroku-en” significa "el jardín de las 6 cualidades", debiendo su nombre a que cumple con las 6 características que, según el antiguo libro “Rayuko Meienki”, todo jardín ideal debiera tener:

- amplitud y espacio
- aislamiento y serenidad
- venerabilidad y aire de antigüedad
- artificio natural
- frescor y flujo de agua
- grandes y hermosas vistas

En este jardín se pueden disfrutar en el transcurso de todo el año, 63 tipos diferentes de flores por todo el jardín. Son clásicos y destacan los “sakuras”, los pinos japoneses y los tulipanes, entre otras. Existe una especie de “sakura” que en todo Japón sólo se encuentra en este parque, el “kikuzakura”, el cual florece de finales de abril a finales de mayo.


Se pueden llegar a contar hasta 300 pétalos en cada una de sus flores, haciéndolas unas flores con excelsa, magnifica y única belleza. Para los amantes de las aves, resulta un lugar ideal, diferentes especies campan a sus anchas, entre las que destacan las grullas, el ave nacional de Japón.


También merece una visita durante el invierno, con sus árboles cubiertos de nieve y protegidos por un dispositivo llamado “yuki tsuri”, unas cuerdas que se estiran para ayudar a las ramas a llevar el peso de la nieve, abundante en esta región, lo que otorga a este jardín una dimensión geométrica única.


Entre los grandes atractivos, destacan la célebre linterna “Kotojitoro”, símbolo de Kenroku-en, un farol de piedra de dos montantes, dicen que es la primera fuente de todo Japón. También hay varios edificios antiguos convertidos en museos, como la Casa de té “Yugao-tei” o la Casa de descanso “Shigure-tei”.


El nivel inferior se ubica más próximo al castillo, es la zona más antigua del jardín. Contiene un estanque llamado “Hisago”, con un islote en el medio, que simboliza el monte “Horai”. A él desemboca una cascada de 7 metros, la “Midoritaki” o Cascada Verde, particularmente alta, lo que es inusual en jardines japoneses; pues normalmente se utiliza más bien una versión simbólica de las cascadas, utilizando rocas y arena.


Por otra parte, el nivel superior contiene otro estanque, el “Kasumi ga ike” o “estanque brumoso”, que es la más grande de las pozas del jardín. Aquí se ubica el “Ganko-bashi”, un puente hecho de nueve grandes losas de piedra roja y adosadas, las cuales evocan el vuelo de una manada de gansos salvajes.


Dicen de este jardín tan bello y mágico, que es el lugar ideal donde podrás liberar tu alma y encontrar la paz.

Jardín de Koraku-en

Está ubicado y situado en Okayama, capital de la Prefectura del mismo nombre en la región de Chugoku, sobre la isla de Honshu, en la orilla este del río Asahi-gawa que atraviesa Okayama. El agua del río se utiliza para alimentar los estanques y la cascada. Las grullas sagradas se pasean aquí en semilibertad.


Su nombre significa “jardín para disfrutar después” o “jardín del placer”. Fue construido por el “daimyo” (soberano feudal) Ikeda Tsunamasa en el siglo XVII, como lugar de recreo de su familia y de sus invitados. El resto de gente tuvo prohibida la entrada hasta la abolición del sistema feudal tras la restauración Meiji del siglo XIX.


El jardín sufrió graves daños durante las inundaciones de 1934, asi como los bombardeos sufridos en 1945, durante la Segunda Guerra Mundial; pero fué restaurado basado en las pinturas de la época "Edo" y diagramas.


"Koraku-en" tiene una superficie aproximada de 14 hectáreas, de los cuales la zona de cesped es de 18.500 metros cuadrados, aproximadamente. En él se pueden encontrar diferentes edificios y pabellones, antiguas casas de té, pequeños santuarios en miniatura, grandes extensiones de césped, pequeños campos de arroz y de té, hermosos lagos, elegantes bosquecillos, tranquilas colinas, paseos y cascadas.


Es famoso por su gran extensión de césped plano (raro en Japón); por sus atractivos estanques, corrientes de agua, pinos, casas...... También se puede encontrar bosques de ciruelos, cerezos y arces. Todo esto se combina con sumo cuidado para crear una perfecta armonía con las colinas y las montañas circundantes. Con el paso de las estaciones, los arces, los cerezos, el loto y los ciruelos ofrecen bellos paisajes.


Todos estos elementos que conforman "Koraku-en", crean un estimulante y relajante ambiente, añadido al encanto de este magnifico jardín.

viernes, 4 de enero de 2013

O-shogatsu: Año Nuevo japonés

En todo el mundo existen tradiciones para pasar de un año a otro con los mejores augurios y Japón no es la excepción; en el país nipón existen costumbres curiosas, tradicionales, ancestrales, llamativas y otras con cierta similitud a las occidentales.
 
El “o-shōgatsu” o Año Nuevo es quizás una de las fiestas más importantes del calendario japonés. Se trata de un periodo de celebraciones que abarca del 1 al 3 de enero (shōgatsu sanganichi), días de fiesta nacional; aunque en un sentido más amplio se refiere al primer mes del año.


Según el calendario lunisolar japonés, una adaptación del chino que estuvo vigente hasta el 31 de diciembre de 1872 y en el cual la numeración de los meses estaba retrasada en aproximadamente un mes y medio con respecto al calendario moderno, el mes de enero recibía el nombre de “mutsuki” (mes de la armonía), un mes en el que se reunía la familia y celebraban banquetes para estrechar los lazos. Otros nombres que recibe este mes son “iwaizuki” (mes de las celebraciones),”toshihazuki” (mes en que comienza el año) o “hatsuharutsuki” (mes de la primavera temprana).

Los japoneses suelen volver a sus ciudades y pueblos de origen para iniciar el año nuevo al lado de sus familiares comiendo “mochi” y acudiendo al santuario o templo más cercano a mostrar respeto a los dioses y pedirles fortuna para el año que entra. Y es por esa razón que todos los santuarios de Japón están a rebosar durante los primeros días de enero. Es tradición comprar nuevos amuletos en el santuario que se visita y devolver, para que sean quemados, los amuletos que se compraron el año anterior.


Pero este periodo festivo de Año Nuevo, no solo es comer “mochi” o acudir a los santuarios y templos. Para poseer y obtener la tan ansiada felicidad y prosperidad en el Nuevo Año, los japoneses, fieles a sus arraigadas costumbres, realizan otras y diferentes acciones, que os cuento a continuación.

Básicamente el “o-shogatsu” es una fiesta familiar, en la que se da la bienvenida al dios del año entrante (toshigami) cocinando y degustando “zoni”, una sopa que contiene “mochi” (pasta de arroz muy consumida durante el Año Nuevo). También se degusta una serie de platos especiales llamados “osechi-ryôri”, una variedad de platillos que tiene directa relación con aspectos supersticiosos. Por ejemplo, quien desee aumentar la familia, deberá comer “kazunoko” (huevos de arenque), mientras que si se busca felicidad, comerá “kombu” (un tipo de alga). Los platos con base de verduras son muy populares durante estas fechas debido a que son fáciles de preparar y de almacenar. También son muy comunes los kakis secos, castañas, piñones, diversos pescados preparados de diferentes maneras y otros alimentos que varían según las regiones. Para recibir al Año Nuevo, los japoneses comen “toshikoshi soba”, una especie de tallarines que deben ser digeridos justo a tiempo para atraer larga vida, salud y prosperidad en general.


Los templos y santuarios budistas, justo entre el cambio de año viejo y nuevo, tocan sus 108 campanadas. Un evento que es altamente esperado por los japoneses, ya que se dice que con este acto, los pecados de las personas, que según esta religión son 108, se diluyen para iniciar una etapa libre de los mismos. Las familias suelen asistir muy temprano a los templos nipones con el objetivo de pedir sus deseos para el nuevo año, además, los asistentes pueden adquirir al azar, por sólo 100 yenes, un papelito que describirá su suerte para el período que comienza. La idea es doblar dicho pergamino (a lo largo) y atarlo en unas cuerdas que se disponen a lo largo del lugar para que el viento se lleve los buenos augurios.


Todos los años, los japoneses reflexionan como país sobre el presente año y eligen un kanji (carácter-palabra) que represente el sentimiento de la sociedad en aquella fecha. En esta ocasión, el escogido fue “kin” (金) que significa oro y que tiene mucho sentido para el pueblo nipón tras haber sido el año de las olimpiadas, del eclipse total de sol y por último, en honor de Shinya Yamanaka, Premio Nobel de Medicina 2012.


Las puertas de los hogares nipones son decoradas con “kadomatsu” y “shimekazari”, adornos típicos de la época que sirven para alejar los malos espíritus y atraer la buena suerte. Estas decoraciones tradicionales, se suelen recoger entre el 7 y el 14 de enero, y serán quemadas en un acto llamado “dondo yaki” celebrado en los santuarios sintoístas.






También es común recibir las tarjetas postales de felicitación del Año Nuevo o “nengajo”. Son enviadas por millones durante las semanas previas al fin de año, pero que ordenan y clasifican en Correos para ser repartidas a la vez el 1 de enero. Las postales suelen estar decoradas con dibujos del animal que representa el nuevo año según el zodiaco japonés. Este 2013 será el año de la serpiente.


Otra tradición típica es que los niños reciban dinero de los padres, abuelos y familiares en sobres especialmente decorados (o-toshidama), esta costumbre es muy común en Japón y nos solo entre los mayores y los más pequeños. Tiene su origen en las antiguas ofrendas que se hacían a los dioses. Los sobres con dinero pueden contener entre los 2.000 a 10.000 yenes. Podemos compararla con la tradición española del "aguinaldo", aunque en el "otoshidama" parecen ser más generosos.

 
"O-shogatsu" es con mucho la celebración más importante y grande del año en todo Japón. Es un tiempo para la paz y la resolución de conflictos, y las celebraciones duran cinco o seis días. Todo lo asociado con el "o-shogatsu"  es simbólico y tiene el carácter de ser "lo primero" del Nuevo Año. Así pues el "o-shogatsu" tiene un sentido de renovación. Por ello y con este motivo se celebran muchos “primeros” (hatsu): la primera visita a un santuario sintoísta (hatsumōde), el primer amanecer (hatsuhinode), el primer sueño (hatsuyume), el recibimiento de la primera mercancía (hatsuni) o la primera escritura caligráfica (kakizome).
 
Desde aqui, desearos a todos un Feliz Año Nuevo o lo que es lo mismo "Akemashite Omedetou Gozaimasu".

viernes, 21 de diciembre de 2012

Merīkurisumasu. ¡Feliz Navidad!.

A Ti que eres muy especial y formas parte de mi vida, a mi familia y amigos, a los seguidores y lectores del blog, a los entusiastas, aficionados y curiosos del ikebana, y en definitiva, a todos, os deseo Feliz Navidad.


Por ello con este "navideño" ikebana con ramas verdes de abeto que simbolizan el perdurar de la vida, la grulla de origami simboliza la Paz y la vela que representa la luz de la Esperanza que nos ilumine en estos difíciles momentos; os envío y reitero mis felicitaciones y mis mejores deseos de Felicidad, Amor, Suerte, Paz, Trabajo y Salud.

Feliz Navidad 
Kalá Christoúgenna
Merry Christmas
Joyeux Noël
Buon Natale
Frohe Weihnachten
メリークリスマス

sábado, 8 de diciembre de 2012

Listas de tres: los tres paisajes más bellos de Japón

Un curioso y arraigado gusto y afición de los japoneses, es el de enumerar y listar de tres en tres o en listados y rankings, los lugares, sitios, aspectos o acontecimientos más populares o bellos de Japón. De hecho, generalmente se supone que son tres los lugares o acontecimientos esenciales que se deben visitar al menos una vez en la vida.
Dicho entusiasmo comenzó en el siglo XVII con los "tres paisajes"; la lista data nada menos que del año 1643 y está atribuida al filósofo Hayashi Gahō, que quiso enumerar a su juicio los tres paisajes más hermosos y bellos de Japón. Ya entonces, aparecen en los grabados "ukiyo-e" de la época.  Desde entonces, han florecido muchas más y están implantadas en el imaginario colectivo de Japón.

Algunas de estas listas son: los tres paisajes más bellos, los tres paisajes nocturnos más bellos, las tres montañas sagradas, los tres jardines más bellos, los tres puentes más bellos, los tres castillos más bellos, los tres santuarios más bellos, los tres festivales más bellos, los tres “onsen” más famosos……; realmente, una buena, práctica y fácil guía para no perderse nada, cuando visitemos Japón.

“Nihon Sankei” es el nombre que recibe en japonés esta antigua lista de los tres paisajes más bellos de Japón. Según Hayashi Gaho, estos paisajes fueron, son: el paisaje de Miyajima, el paisaje de Matsushima y el paisaje de Amanohashidate.

Miyajima: es una isla a unos 50 km de Hiroshima. Su nombre significa "isla santuario" y en ella se encuentra el "Santuario de Itsukushima", venerado desde tiempos antiguos, ya que se consideraba ser el guardián de la divinidad del mar.


Construido sobre el mar en el año 593 y reconstruido por Taira-no-Kiyomori en 1168, tal y como se conoce actualmente. Su construcción está formado por un corredor de 280 metros que comunica los más de 20 edificios del conjunto. Entre los edificios principales destacan el templo principal, un teatro "Noh" en el que todavía se hacen representaciones, salas de música y otros templos más pequeños y por supuesto una magnífica vista de su famoso "torii".


El famoso "torii" de color rojo se sitúa en el mar y enfrente al santuario. Probablemente sea una de las imágenes más conocidas de Japón, junto con el Monte Fuji y la Torre de Tokyo; además de ser Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1996.


Dicen que es un lugar de gran belleza por la integración paisajística de sus bellezas naturales y de sus esplendidos y bellos edificios religiosos. Un lugar precioso para contemplar y ver el "torii" desde cerca, caminando, mientras la marea esta baja, y esperar a que ésta suba para poder verlo rodeado de agua; así como la silueta dibujada del "torii" en el espectacular atardecer.


Matsushima: es un conjunto de 260 islas e islotes rocosos cubiertos de pinos, en la bahía del mismo nombre. Se encuentra al norte del Japón, en la prefectura de Miyagi y cercana a la ciudad de Sendai, conocida últimamente más por el terrible y desgraciado terremoto y tsunami del 2011 que asoló el norte de Japón.


Un lugar espectacular con varios, bellos y famosos santuarios y templos repartidos por los islotes; cuyo paisaje cambia continuamente, de isla a isla y según las estaciones. Desde el periodo "Heian", ya se alardeaba de su belleza. Cuenta la leyenda que el poeta Matsuo Basho, de camino a Matsushima, no pudo escribir ni un verso sobre esta zona porque no había palabras para evocar la belleza del lugar.


Entre los templos y edificios más conocidos y famosos que se encuentran en la zona, destacan: el Templo de Entsuin, el Templo de Godaido, el Templo Zuiganji o la Casa de Té Kanrantei.


Se dice que la belleza de estas islas, se puede apreciar desde cualquier punto y en todas las direcciones; un equilibrio perfecto entre el contraste de colores creados por los pinos verdes y la belleza figurativa producido por pequeñas islas que flotan en el mar.


Amanohashidate: en la Bahía de Miyazu, al norte de Kioto, encontramos una curiosa formación natural, una lengua o banco de arena cubierta de pinos formando una espectacular vista.


Esta lengua de tierra, une ambos extremos de la Bahía de Miyazu y está cubierta por más de 7.000 pinos, tiene una longitud de 3,3 kilómetros y varía en anchura entre los 20 metros y los 170 metros.


La cima del cercano Monte Moju es uno de los mejores lugares para admirar esta curiosa formación geológica. El nombre de Amanohashidate  significa literalmente "Cielo Puente Levantarse", así que bien podría traducirse como "el puente que sube hacia el cielo".


Para poder entender mejor este nombre dicen que es necesario observar el paisaje boca abajo, así que todo el mundo que sube hasta el mirador hace el esfuerzo de agacharse y mirar por entre las piernas. Desde esta perspectiva, nos dará la sensación que la lengua de arena "camina" hacia el cielo.


Ya conocemos pues, los tres paisajes más bellos de Japón. Estoy seguro que hay otros muchos que deberian de incluirse en esta lista. De todos modos, estos rankings y listas nos pueden ayudar de una manera practica y sencilla a elegir entre nuestras preferencias y para no perdernos nada durante nuestra visita a Japón.