Una antigua leyenda japonesa dice que cuando consigas hacer mil grullas de papel (origami), recibirás un deseo por parte de esta, tal como una vida larga o la recuperación de una enfermedad.
En Japón, la grulla o “tsuru” es todo un símbolo con un significado encarnado en la longevidad y la felicidad. Las grullas de “origami” o papiroflexia como la conocemos aquí, se han vuelto un símbolo de paz, debido a la historia de Sadako Sasaki (1943-1955), una pequeña niña japonesa que deseó curarse de su enfermedad producida por la radiación de la bomba atómica de Hiroshima durante la II Guerra Mundial. Superviviente a la explosión, Sadako solo tenía dos años cuando cayeron las bombas atómicas sobre Hiroshima, en el momento de la explosión estaba en su casa, que se encontraba a 1.5 km del epicentro de la deflagración; cuando contaba solo nueve años, cayó enferma de leucemia. Su mejor amiga, Chizuko Hamamoto, le recordó la vieja leyenda y tradición de las grullas de “origami”, Chizuko le regaló la primera grulla que realizó en papel dorado y le dijo: ”aquí tienes tu primera grulla”.
Sadako tenía la esperanza de que los dioses le concedieran el deseo de curarse para volver a correr de nuevo y se propuso completar las mil para pedir como deseo no solo su curación sino la curación de todos los afectados y porque su esfuerzo sirviera para traer la paz. Con el papel de los botes de medicinas y otros que iba encontrando, iba completando las 1000 grullas. Pero Sadako no lo consiguió, cuando llevaba hechas 644 grullas y con tan solo doce años, falleció. Sin embargo, había nacido un símbolo para todos. Sus compañeros de clase completaron las grullas de papel que faltaban y años después Hiroshima levantó un monumento en su recuerdo en el Parque de la Paz, epicentro de la explosión y donde aún un edificio en ruinas recuerda aquella tragedia. Su emotiva historia rápidamente se hizo famosa en Japón y occidente. Hoy miles de grullas de papel reposan bajo el monumento como una continuación del sueño de Sadako.
No hay que decir que Japón en estos momentos vive tiempos difíciles y duros, pero también lo son de esperanza. Y el pueblo japonés quiere enterrar pronto la pesadilla del terremoto, el tsunami y el problema nuclear. Apegado como es a sus tradiciones, una japonesa residente en Madrid ha recuperado la leyenda de las mil grullas de papel para pedirnos a todos, internautas o no, para que se unan a esta iniciativa de abrazo y ánimo a Japón que simboliza la paz. A través de una página web llamada "Las 1.000 grullas", Makiko pide ayuda para completar las mil grullas de papel de las que habla la leyenda. Quien las complete, recibirá un deseo. Y ése, ahora mismo, no es otro que el fin de la amenaza de catástrofe nuclear y la mejor de las suertes para todos los damnificados.
La Escuela Enshu, también se ha unido y colaborado a esta iniciativa y cada uno de sus miembros y alumnos, ha elaborado una grulla de papel; sumándose así a las más de 2400 grullas enviadas a Makiko. A continuación os dejo mi grulla de color verde, verde color de esperanza. El país del sol naciente necesita un rayo de esperanza.
En Japón, la grulla o “tsuru” es todo un símbolo con un significado encarnado en la longevidad y la felicidad. Las grullas de “origami” o papiroflexia como la conocemos aquí, se han vuelto un símbolo de paz, debido a la historia de Sadako Sasaki (1943-1955), una pequeña niña japonesa que deseó curarse de su enfermedad producida por la radiación de la bomba atómica de Hiroshima durante la II Guerra Mundial. Superviviente a la explosión, Sadako solo tenía dos años cuando cayeron las bombas atómicas sobre Hiroshima, en el momento de la explosión estaba en su casa, que se encontraba a 1.5 km del epicentro de la deflagración; cuando contaba solo nueve años, cayó enferma de leucemia. Su mejor amiga, Chizuko Hamamoto, le recordó la vieja leyenda y tradición de las grullas de “origami”, Chizuko le regaló la primera grulla que realizó en papel dorado y le dijo: ”aquí tienes tu primera grulla”.
Sadako tenía la esperanza de que los dioses le concedieran el deseo de curarse para volver a correr de nuevo y se propuso completar las mil para pedir como deseo no solo su curación sino la curación de todos los afectados y porque su esfuerzo sirviera para traer la paz. Con el papel de los botes de medicinas y otros que iba encontrando, iba completando las 1000 grullas. Pero Sadako no lo consiguió, cuando llevaba hechas 644 grullas y con tan solo doce años, falleció. Sin embargo, había nacido un símbolo para todos. Sus compañeros de clase completaron las grullas de papel que faltaban y años después Hiroshima levantó un monumento en su recuerdo en el Parque de la Paz, epicentro de la explosión y donde aún un edificio en ruinas recuerda aquella tragedia. Su emotiva historia rápidamente se hizo famosa en Japón y occidente. Hoy miles de grullas de papel reposan bajo el monumento como una continuación del sueño de Sadako.
No hay que decir que Japón en estos momentos vive tiempos difíciles y duros, pero también lo son de esperanza. Y el pueblo japonés quiere enterrar pronto la pesadilla del terremoto, el tsunami y el problema nuclear. Apegado como es a sus tradiciones, una japonesa residente en Madrid ha recuperado la leyenda de las mil grullas de papel para pedirnos a todos, internautas o no, para que se unan a esta iniciativa de abrazo y ánimo a Japón que simboliza la paz. A través de una página web llamada "Las 1.000 grullas", Makiko pide ayuda para completar las mil grullas de papel de las que habla la leyenda. Quien las complete, recibirá un deseo. Y ése, ahora mismo, no es otro que el fin de la amenaza de catástrofe nuclear y la mejor de las suertes para todos los damnificados.
La Escuela Enshu, también se ha unido y colaborado a esta iniciativa y cada uno de sus miembros y alumnos, ha elaborado una grulla de papel; sumándose así a las más de 2400 grullas enviadas a Makiko. A continuación os dejo mi grulla de color verde, verde color de esperanza. El país del sol naciente necesita un rayo de esperanza.
Yo también he enviado mi grulla por Japón; me gusta tu blog, tus ikebanas; leer los artículos y ver tus centros me relajan y abstraen. Gracias.
ResponderEliminarNosotros también hemos enviado nuestras grullas; bonita iniciativa la de Makiko. Casualmente hemos descubierto tu blog, el cual nos ha gustado mucho. Nos gusta la cultura japonesa en general, aunque el tema bonsai y floral nos llena más. Realmente tus ikebanas, son bonitos, elegantes, discretos y llenos de armonia; el hecho de comtenplarlos te relajan. Hasta pronto. Agur.
ResponderEliminarTQ y TEDM y siempre sera asi. Necesito mil grullas para mi corazon. Hasta pronto.
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