En todo el mundo existen tradiciones para pasar de un año a otro con los mejores augurios y Japón no es la excepción; en el país nipón existen costumbres curiosas, tradicionales, ancestrales, llamativas y otras con cierta similitud a las occidentales.
El “o-shōgatsu” o Año Nuevo es quizás una de las fiestas más importantes del calendario japonés. Se trata de un periodo de celebraciones que abarca del 1 al 3 de enero (shōgatsu sanganichi), días de fiesta nacional; aunque en un sentido más amplio se refiere al primer mes del año.
Según el calendario lunisolar japonés, una adaptación del chino que estuvo vigente hasta el 31 de diciembre de 1872 y en el cual la numeración de los meses estaba retrasada en aproximadamente un mes y medio con respecto al calendario moderno, el mes de enero recibía el nombre de “mutsuki” (mes de la armonía), un mes en el que se reunía la familia y celebraban banquetes para estrechar los lazos. Otros nombres que recibe este mes son “iwaizuki” (mes de las celebraciones),”toshihazuki” (mes en que comienza el año) o “hatsuharutsuki” (mes de la primavera temprana).
Los japoneses suelen volver a sus ciudades y pueblos de origen para iniciar el año nuevo al lado de sus familiares comiendo “mochi” y acudiendo al santuario o templo más cercano a mostrar respeto a los dioses y pedirles fortuna para el año que entra. Y es por esa razón que todos los santuarios de Japón están a rebosar durante los primeros días de enero. Es tradición comprar nuevos amuletos en el santuario que se visita y devolver, para que sean quemados, los amuletos que se compraron el año anterior.
Básicamente el “o-shogatsu” es una fiesta familiar, en la que se da la bienvenida al dios del año entrante (toshigami) cocinando y degustando “zoni”, una sopa que contiene “mochi” (pasta de arroz muy consumida durante el Año Nuevo). También se degusta una serie de platos especiales llamados “osechi-ryôri”, una variedad de platillos que tiene directa relación con aspectos supersticiosos. Por ejemplo, quien desee aumentar la familia, deberá comer “kazunoko” (huevos de arenque), mientras que si se busca felicidad, comerá “kombu” (un tipo de alga). Los platos con base de verduras son muy populares durante estas fechas debido a que son fáciles de preparar y de almacenar. También son muy comunes los kakis secos, castañas, piñones, diversos pescados preparados de diferentes maneras y otros alimentos que varían según las regiones. Para recibir al Año Nuevo, los japoneses comen “toshikoshi soba”, una especie de tallarines que deben ser digeridos justo a tiempo para atraer larga vida, salud y prosperidad en general.
Los templos y santuarios budistas, justo entre el cambio de año viejo y nuevo, tocan sus 108 campanadas. Un evento que es altamente esperado por los japoneses, ya que se dice que con este acto, los pecados de las personas, que según esta religión son 108, se diluyen para iniciar una etapa libre de los mismos. Las familias suelen asistir muy temprano a los templos nipones con el objetivo de pedir sus deseos para el nuevo año, además, los asistentes pueden adquirir al azar, por sólo 100 yenes, un papelito que describirá su suerte para el período que comienza. La idea es doblar dicho pergamino (a lo largo) y atarlo en unas cuerdas que se disponen a lo largo del lugar para que el viento se lleve los buenos augurios.
Todos los años, los japoneses reflexionan como país sobre el presente año y eligen un kanji (carácter-palabra) que represente el sentimiento de la sociedad en aquella fecha. En esta ocasión, el escogido fue “kin” (金) que significa oro y que tiene mucho sentido para el pueblo nipón tras haber sido el año de las olimpiadas, del eclipse total de sol y por último, en honor de Shinya Yamanaka, Premio Nobel de Medicina 2012.
Las puertas de los hogares nipones son decoradas con “kadomatsu” y “shimekazari”, adornos típicos de la época que sirven para alejar los malos espíritus y atraer la buena suerte. Estas decoraciones tradicionales, se suelen recoger entre el 7 y el 14 de enero, y serán quemadas en un acto llamado “dondo yaki” celebrado en los santuarios sintoístas.
También es común recibir las tarjetas postales de felicitación del Año Nuevo o “nengajo”. Son enviadas por millones durante las semanas previas al fin de año, pero que ordenan y clasifican en Correos para ser repartidas a la vez el 1 de enero. Las postales suelen estar decoradas con dibujos del animal que representa el nuevo año según el zodiaco japonés. Este 2013 será el año de la serpiente.
Otra tradición típica es que los niños reciban dinero de los padres, abuelos y familiares en sobres especialmente decorados (o-toshidama), esta costumbre es muy común en Japón y nos solo entre los mayores y los más pequeños. Tiene su origen en las antiguas ofrendas que se hacían a los dioses. Los sobres con dinero pueden contener entre los 2.000 a 10.000 yenes. Podemos compararla con la tradición española del "aguinaldo", aunque en el "otoshidama" parecen ser más generosos.
"O-shogatsu" es con mucho la celebración más importante y grande del año en todo Japón. Es un tiempo para la paz y la resolución de conflictos, y las celebraciones duran cinco o seis días. Todo lo asociado con el "o-shogatsu" es simbólico y tiene el carácter de ser "lo primero" del Nuevo Año. Así pues el "o-shogatsu" tiene un sentido de renovación. Por ello y con este motivo se celebran muchos “primeros” (hatsu): la primera visita a un santuario sintoísta (hatsumōde), el primer amanecer (hatsuhinode), el primer sueño (hatsuyume), el recibimiento de la primera mercancía (hatsuni) o la primera escritura caligráfica (kakizome).
Desde aqui, desearos a todos un Feliz Año Nuevo o lo que es lo mismo "Akemashite Omedetou Gozaimasu".