viernes, 23 de diciembre de 2011

"Kadomatsu" y "Shimekazari": adornos de Año Nuevo

La historia de la religión en Japón tiene un largo proceso de influencias recíprocas entre las tradiciones religiosas; tiene como característica común el sincretismo, es decir, la mezcla de varios sistemas de creencias y prácticas religiosas; aunque mayoritariamente se procesa el budismo y sintoísmo. Por ello la Navidad no se celebra al menos como nuestro sentido más religioso; influenciado por occidente se celebra de una manera y fin más comercial y consumista.

En cambio si es muy importante para ellos la celebración del Año nuevo, una de las grandes celebraciones y fiestas del país.

En Año Nuevo se supone que los dioses visitan las casas, por ello días antes, se hace una gran limpieza general o “susuharai”, todo debe estar reluciente para la llegada de los dioses y hay que darles la bienvenida como se merecen, por ello las entradas y puertas de las casas, comercios, edificios se engalanan y adornan con los motivos típicos para la ocasión: el “kadomatsu” y “shimekazari”.

“Kadomatsu” significa literalmente, "puerta de pino"; tradicionalmente se colocan en parejas frente a las entradas de las casas, edificios o comercios, uno a cada lado, representando la dualidad femenina y masculina; con el fin de honrar y recibir el “toshigami” (dioses de Año Nuevo), quienes traerán una abundante cosecha para los agricultores y otorgarán la bendición de los antepasados. Se colocan después del día de Navidad y permanecen hasta el día 7 de enero, aproximadamente. En muchos casos después de esta fecha, el “kadomatsu” se quema para apaciguar a los “toshigami” y ponerlos en libertad.

Aunque los diseños puedan variar según las regiones, en todos hay en común, 3 elementos básicos de gran importancia que representan y significan los buenos deseos para el nuevo año: el “take” o bambú: significa longevidad; el “matsu” o pino: significa prosperidad y por último, el “ume” o ciruelo: significa firmeza y constancia.


La parte central del "kadomatsu" está formado por tres grandes brotes de bambú. Al igual que en el ikebana, los brotes son colocados a diferentes alturas y representan el cielo, el hombre y la tierra; siendo el cielo el brote más alto y la tierra el más bajo. En algunos “kadomatsu” el hombre y la tierra están a la misma altura. Alrededor del bambú se coloca y adorna el pino, el ciruelo se coloca en uno de los lados. Además se pueden acompañar y decorar con otros motivos. Todos los elementos del “kadomatsu”, están unidos por una estera o cuerda tejida con paja.

Otro adorno típico para la celebración de Año Nuevo es el “shimekazari” y recuerda a una barrera, una “barrera” normalmente trenzada y hecha con paja de arroz, con el fin de prevenir y protejer la entrada de los malos espíritus, de las malas vibraciones o la mala suerte; podríamos decir que es una decoración tipo amuleto.

El “shimekazari” lo encontraremos en las entradas de los santuarios y sobre el frente de las puertas de las casas. Al igual que el “kadomatsu”, existen muchas formas y tamaños, así como el diseño y forma de colocarlos, dependiendo de las diferentes regiones; pero todos tienen en común que su principal elemento es una cuerda trenzada hecha de paja de arroz o “shimenawa”. Esta cuerda o soga simboliza que el lugar, es un sitio sagrado. En la mayoría de los santuarios y altares que hay en los hogares, suele ser de forma recta, aunque otros diseños adoptan una forma redonda, como una corona.











La cuerda o “shimenawa” es decorada también con diferentes elementos y adornos que propiciarán y atraerán la buena suerte y el buen augurio: tiras de papel blanco y rojo, naranjas de sabor amargo, hojas de helecho, un abanico, pequeños animales como tortugas, langostas o grullas, monedas de color dorado, un pequeño gato o “manekineko”, guindillas, paja y espigas, pino………


Cada uno de estos adornos y elementos son importantes ya que representan y simbolizan los mejores deseos de longevidad, protección, éxito, prosperidad, abundancia…, para los que visiten y entren en un santuario u hogar nipón.


sábado, 17 de diciembre de 2011

Escuela Ikenobo: Exposición de Ikebana Navideño

En el año 2012 se cumple el 550 Aniversario de la fundación de la Escuela Ikenobo de Kyoto; la escuela de ikebana más antigua de Japón.

Entre el 13 y el 18 de diciembre de 2011, Espacio Sony (C/ Serrano, 12; de Madrid), en horario ininterrumpido de 10.00 a 21.00 h, acoge esta exposición de ikebana navideño.

Dirigida por la maestra Rikako Yano y en la que podremos apreciar obras de sus alumnos; es la primera de tales características que se realizarán. Durante mucho tiempo Japón ha sido un país sin tradición navideña. Influenciado por occidente, poco a poco la Navidad y su decoración van ocupando un lugar en los hogares japoneses. Ahora, la Escuela Ikenobo muestra el Ikebana, el tradicional arreglo floral japonés, en su vertiente más innovadora y creativa.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Ikebana para "Entredós Antigüedades"

Este ikebana de estilo "moribana", con toques navideños, es el resultado del encargo efectuado por parte del anticuario "Entredós Antigüedades. Arte y Antigüedades" situado en la llamada "Milla de Oro", en la prestigiosa C/ Ortega y Gasset, 8; de Madrid.

Sobre un recipiente de plata, tipo plato, he creado este ikebana con ilex (bayas rojas), anturios blancos, pino y muérdago; elementos usados tradicionalmente para estas fechas, los elegantes anturios blancos (también color muy navideño) aportan un toque diferente.

Como resultado, un sencillo y armonioso ikebana a la par que vistoso y elegante.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Japón en el Museo del Traje: exposición "The Nature Spirit, Arte Textil Contemporáneo Japonés".

Desde el pasado 18 de noviembre y hasta el próximo 15 de enero, la Universidad Complutense de Madrid y la organización internacional World Textile Art presentan la exposición “The Nature Spirit, Arte Textil Contemporáneo Japonés”, en las salas del c arte c, del Museo del Traje de Madrid.

La exposición, comisariada por Hideho Tanaka, es una reflexión sobre la propia vida y la relación del hombre con la naturaleza y con su entorno a través de los elementos que la componen. El canal de expresión es el tejido sobre el que se hace una lectura de la relación del arte japonés milenario con la naturaleza.

Como complemento al proceso creativo de este arte actual y a la vez milenario, se ha desarrollado una programación cultural llamada “Encuentros con Japón” con actividades relacionadas con la cultura japonesa.

Entre estas actividades encontraremos diferentes talleres, conferencias, demostraciones o exposiciones; desde un taller de “furoshiki” (arte de envolver objetos en tela), o un taller de dibujos patrones misteriosos con tinta china, a un taller de "origami". Diversas conferencias sobre el Arte Contemporáneo textil Japonés-“Alabanza para la naturaleza” y “Expresar la voz interior” o conferencia sobre "haiku" (lectura de los "haikus" intercalados con melodía). Demostraciones sobre el uso del kimono infantil; charla y degustación de Sake; charla y demostración de "Karahuri-Ningyo" Muñecos autómatas); exposición de Bonsái, Suiseki y Kokedama. Demostración de Bonsái e Ikebana (día 26 de noviembre a las 17.30 h).

Os animo a que visitéis esta interesante exposición y al tiempo descubrir y conocer otros aspectos de la cultura japonesa. Asimismo, una buena excusa para conocer y visitar el Museo del Traje, un curioso e interesante museo, ubicado en una tranquila zona y rodeado por grandes arboles y cuidados jardines.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Un origami de otoño

Como ya sabeis, el origami es el arte de origen japonés consistente en el plegado de papel, para obtener figuras de formas variadas. En español, este arte lo conocemos como papiroflexia, aunque se le conoce más por su nombre oriental, origami.

Según la filosofía oriental, el origami aporta calma , paciencia y perseverancia a quien lo practica.

En el origami no se utilizan tijeras ni pegamento o grapas, tan sólo el papel y las manos. Por lo tanto, con sólo algunas hojas de papel pueden obtenerse distintos y diferentes figuras o incluso cuerpos geométricos.

Buscando fotografias para el artículo anterior, "Estampas otoñales", descubrí esta curiosa fotografia. Curiosa no por que se trate de una rara o extraña fotografía, simplemente curiosa por su originalidad y sin duda su trabajo.

En este caso nos encontramos con esta bonita y asombrosa estampa otoñal, un original origami totalmente otoñal; con todo detalle, su geisha, su arbol y hojas, etc....

Desde aqui un bravo para el autor, por su originalidad, por su creatividad, por su destreza y paciencia.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Estampas otoñales

Ya hemos dicho en alguna otra ocasión que el otoño es una de las mejores épocas y estaciones del año para viajar y descubrir Japón.

Es en esta época cuando el follaje de las montañas se torna de colores rojo, anaranjado y amarillo, la gente preparan su "bentoo" (pic-nic) y salen a caminar y pasear por las montañas, parques, jardines con el fin de poder contemplar el espectacular follaje de otoño.

El Otoño en Japón es especialmente hermoso y contemplar el colorido de las hojas de los arboles es una tradicional afición de los japoneses.

Este periodo del año se le conoce como "koyo" (en mi artículo "Koyo: las hojas rojas del otoño japonés". 08/10/10; ya hablé de este periodo) y hace de los bosques y jardines y en general de los paisajes naturales, un espectáculo visual incomparable, muy especialmente las diferentes tonalidades y matices de ocres a rojizas de los arces o "momiji".

Yo, aún no he tenido la ocasión y oportunidad de visitar Japón y como consecuencia no tener fotografias de esos instantes. Por ello y de momento, me conformo con dejar volar mi imaginación y sentidos, contemplando algunas de las muchas fotografías que "circulan" por la red, para deleite de todos. Espero que al igual que yo, os gusten estas fotografias y me acompañeis a "viajar", perdiendonos en estas bellas estampas otoñales.

martes, 1 de noviembre de 2011

Ikebana: principios, líneas y elementos


En los primeros artículos de este blog, hice mención de una manera general sobre las líneas básicas y principios que componen el ikebana. Este artículo no es una clase teórica sobre la composición de un ikebana, trato de aclarar más sobre el sentido no solo estético, ornamental y decorativo de los ikebanas. Trato de explicar las principales líneas que componen un ikebana, el porqué de una altura, su colocación, los elementos que conlleva, los complementos de las líneas principales....

En cada composición floral o ikebana hay tres alturas fundamentales, tres alturas, líneas o elementos que conforman un triángulo en el universo, compuesto por el Cielo, el Hombre y la Tierra; este “Principio del Tres”, tiene su origen y se basa en la filosofía budista, siendo un principio espiritual. Estas líneas representan la luz y la sombra (como concepto de personalidad); lo que podríamos llamar el "Principio del Tres" (como concepto cósmico), representado por las tres líneas maestras de diferentes alturas que rigen el universo son: el Cielo (Sin), el Hombre (Gyo) y la Tierra (Tome); todo lo que hay en el Cielo, sol, luna, nubes, aire, lluvia... da energía y alimenta a la Tierra; asimismo, la Tierra la transmite a los seres vivos, a el Hombre, a las plantas, a las flores, a los animales......, de este modo se produce y mantiene el equilibrio y armonía universal.

Cuando creamos un ikebana tratamos de representar esta armonía del universo en nuestro centro floral, ayudándonos a recapacitar y descubrir nuestra situación en el mismo.

En el ikebana proyectamos en un pequeño espacio, estos tres elementos, en tres zonas bien diferenciadas y marcadas. Una zona de los sentidos y sensaciones, el Hombre (Gyo), estaría situado entre la zona de lo espiritual, el Cielo (Sin) y la zona material y terrenal, la Tierra (Tome); alimentándose de ambos, del cielo de todo lo espiritual y de la tierra de todo lo material; del equilibrio de todas las partes consistirá la belleza y armonía de nuestro ikebana.

El "Sin": es el primer elemento o línea principal que se coloca y sitúa en la composición; va a determinar, según las características propias de las ramas o de los tallos, que se ubique orientado hacia la izquierda o hacia la derecha. Hay que tener en cuenta que cualquier rama tiene un anverso y un reverso, anverso donde da la luz a las hojas y el reverso donde no. Nunca situaremos el reverso al frente, donde se visualizará el ikebana porque dará la sensación de estar viendo el trasero de la composición. Para el “sin” podemos utilizar ramas, tallos, hojas, etc. Es el punto más alto, por lo que habrá que contar con esa característica a la hora de escoger este elemento para elaborar un ikebana. Respecto a la forma, puede ir colocado de manera vertical, inclinado, hacia fuera, oblicuo, etc. Significa y es la parte más elevada y espiritual de las cosas; funciona como una especie de pararrayos que transmite la energía del cielo y de la tierra al hombre.

El "Gyo": es el segundo elemento o línea principal; generalmente se sitúa en diagonal al “sin” y al “hikae” (hablaremos más tarde) y en sentido opuesto a ellos; colocándose bastante más inclinado, en una zona intermedia entre el “sin” y el “tome”. Representa al Hombre, a sus sentimientos, sensaciones y emociones. Forman una primera estructura básica triangular: “sin”, rama alta y vertical, detrás “hikae” y en sentido opuesto a ambas el “gyo”. Tiene por función equilibrar el centro, al ir al lado contrario del “sin”, y crear el “universo” o espacio entre las ramas. Al igual que el “sin” y “hikae”, son siempre del mismo material.

El "Tome": es el tercer elemento o línea; es de un material distinto a los elementos anteriores y siempre se coloca en el lado opuesto al “gyo”, justo debajo del “sin”. Su colocación y posición es siempre más baja que el “gyo”, como si se pretendiera tocar el suelo pero sin que caiga hacia abajo ya que le restaría energía. Incluso cuando se usan “tomes” que cuelgan de jarrones (en el estilo “nagueire” por ejemplo), la punta siempre debemos de tratar que levante un poco hacia arriba. Es el elemento Tierra, el más bajo, en la zona húmeda, representa lo terrenal y material, las cosas a las que tenemos apego, las cosas materiales. Tiene que tener volumen en la zona frontal del “sin”.

Además de los tres elementos principales y líneas que componen el “Principio del Tres”, en la composición de un ikebana nos encontraremos con dos elementos más; el "Hikae": es la rama que queda tras el “shin” y tiene una altura aproximadamente de dos terceras partes de éste. Si el “sin” está muy ramificado, una de estas ramas hace las funciones de “hikae”. Esta rama o elemento tiene la función de otorgar y dar profundidad al centro; y el "Do": son las flores que colocamos en el ikebana; su elección y disposición representa al “ikebanaka”, la persona que realiza la composición. Es en cierta medida una proyección de quien realiza la composición: unas flores más altas de lo normal representará un estado de ánimo elevado, en cambio unas flores pequeñas y escondidas puede significar un estado de ánimo más recogido. Generalmente van en número impar, el único número par permitido es el 2 que representa el “yin” y el “yang”. La colocación de las flores no es dificultosa y depende siempre del tipo de flor. Con el tiempo se aprende a colocarlas según su tipo, forma, color, etc. Hay que evitar colocarlas a la forma occidental como si las dispusiéramos en un jarrón o búcaro, todas apretadas y mezcladas con verde. Generalmente hay que disponer las flores a diferentes alturas, aprovechando la forma y movimiento de cada flor, y sacarlas del centro de la composición, como si recibieran o miraran a la persona que las contempla; de este modo conseguiremos armonía y equilibrio.

Aunque las líneas y elementos principales de un ikebana son las que hemos citado anteriormente, cada elemento (sin, hikae, tome...) puede tener un complemento o “soe” que le acompañe, resaltando la línea y aumentando la armonía. Algunas veces los elementos, por su textura, forma…., quedan escasos o pobres y por consiguiente requieren de algunos complementos para equilibrar la composición. Estos “soe” deberán ser toques sutiles, normalmente de otro material y se colocan cerca de ellos. Así podemos disponer de “soe de do”, “soe de tome”, “soe de sin”…….

Otro aspecto muy importante en la composición de un ikebana es la creación de vacíos entre las líneas o elementos; algunas escuelas llaman "ku" a este vacio, en mi escuela, lo conocemos simplemente como espacio de alivio. Al igual que la música dispone de notas y silencios en las composiciones, la creación de vacíos o espacios de alivio en el ikebana son fundamentales porque de ellos depende la aparición del espacio. Es un elemento nuevo que no se tiene en cuenta en las composiciones occidentales. Los espacios de alivio van a provocar transparencia y sensaciones ligeras en la composición. El espacio de alivio más importante que tenemos que respetar es el situado entre el “sin” y el “gyo”.

La siguiente fotografía muestra un ikebana de estilo "moribana", donde de manera clara y marcada se muestran y ven las líneas y elementos, de los cuales hemos hablado. Las espadañas o puro marcan las lineas del "sin", "hikae" y "gyo"; tambien vemos un "soe" de "sin", una gran hoja de monstera conforma el "tome", dos alegres gerberas forman el "do" y unas ramitas de limonium hacen de "soe" de "do". El conjunto de todos los elementos, hacen que este ikebana resulte sencillo, bonito, alegre y elegante; a la par que armonioso y equilibrado.

Podemos decir que todos los elementos que aparecen y componen un ikebana (sin, hikae, tome, do y gyo) son puntos en el espacio, a los cuales se puede llegar no solamente en línea recta, sino de cualquier forma: en curvatura, inclinada, oblicua, invertida (como en cascada)…. La cuestión es llegar a través de las ramas o de las flores hasta ese punto en el espacio. Igualmente se especifica que no son puntos rígidos, inamovibles, puesto que, muchas veces, habrá que adaptarse a las ramas y flores que disponemos en ese momento.

El atractivo del ikebana consiste en el contraste que se produce con nuestra propia tradición de arreglos florales. En occidente el principio de simetría lo rige todo, en cambio la tradición japonesa predica la búsqueda de la armonía y del equilibrio a través de la asimetría (regla fundamental del ikebana). Y contra nuestra concepción de vitalidad y riqueza por acumulación de elementos (en la cultura occidental), el ikebana prefiere la simplicidad refinada, que se organiza de modo que produzca una sensación de volumen y relieve, y sobre todo obtener un conjunto armonioso con esa simpleza, que se traduce en una sutil y depurada estética.